Más hogares porteños recurren a préstamos y ahorros pese al aumento de ingresos.

En el segundo trimestre de 2025 aumentó la cantidad de hogares que recurrieron a préstamos y a sus ahorros para cubrir gastos, según un informe del Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA).

El reporte señala que, aunque “los ingresos laborales y no laborales se expanden muy por encima de los precios”, persisten señales de vulnerabilidad financiera entre los hogares porteños. En términos interanuales, los ingresos laborales crecieron 90,5%, mientras que los no laborales aumentaron 74%.

Durante el período analizado, el 56,7% de los hogares obtuvo algún tipo de préstamo —incluidas compras con tarjeta de crédito— y el 35% utilizó ahorros. En comparación con el mismo trimestre de 2024, el endeudamiento creció 3,7 puntos porcentuales y el uso de ahorros, 1,3 puntos. Esto evidencia que, pese a la mejora en los ingresos, muchos porteños aún deben recurrir a otras fuentes de financiamiento para afrontar sus necesidades cotidianas.

Del total de ingresos del trimestre, el 81,6% provino de ingresos laborales y el 18,4% restante de ingresos no laborales (activos y transferencias).

El ingreso promedio de la ocupación principal en abril, mayo y junio de 2025 fue de $1.321.161, lo que representa un incremento interanual de 84,3%. Sin embargo, la mitad de la población ocupada percibe $1.000.000 o menos en su empleo principal.

La brecha salarial de género volvió a ampliarse: los hombres ganan en promedio $1.490.062, mientras que las mujeres perciben $1.143.021, es decir, 23,3% menos que sus pares varones.

El ingreso no laboral promedió $589.047 mensuales, lo que equivale al 79,2% de los ingresos individuales de quienes lo perciben. En el último año, este ingreso subió 74%, un incremento que superó tanto la inflación como la evolución de los ingresos laborales.

En este contexto, el informe detalla que la población asalariada de la Ciudad tuvo un ingreso promedio de $1.283.275, con un aumento interanual del 70,2%. Por su parte, quienes reciben jubilaciones y/o pensiones percibieron en promedio $584.809, con una suba del 71,9%.

Ambos incrementos se ubicaron por encima de la inflación del período, que alcanzó el 48,3%.

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