La icónica Floralis Genérica comienza a recuperar su esplendor. Este fin de semana, la Ciudad de Buenos Aires llevó adelante un megaoperativo de traslado e instalación del primer pétalo restaurado de la emblemática escultura ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, en el barrio de Recoleta.
La pieza —de más de tres toneladas de aluminio y acero— recorrió 150 kilómetros por el río Paraná hasta volver a integrarse a la estructura principal. Restaurada con tecnología aeroespacial, representa el primer paso visible hacia la restitución completa de uno de los monumentos más queridos por los porteños.
“Este operativo marca la etapa final en la recuperación de un símbolo entrañable de Buenos Aires”, señaló el jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien celebró el avance de los trabajos. “La Floralis Genérica es mucho más que una obra monumental: es parte de nuestra identidad, y estamos orgullosos de verla volver a brillar”.
El proceso de restauración se inició tras el temporal de diciembre de 2023, que provocó el colapso de dos de sus pétalos. Desde entonces, se desplegó un trabajo interdisciplinario con métodos y materiales provenientes de la industria aeroespacial, que incluyó la limpieza integral, el reemplazo de piezas estructurales, y ensayos de resistencia sobre los componentes metálicos.
De acuerdo con el ministro de Espacio Público, Ignacio Baistrocchi, el operativo fue el resultado de “semanas de planificación y coordinación para devolverle a la Ciudad uno de sus íconos más valiosos”.
El pétalo fue trasladado desde una planta industrial en Baradero, donde se realizaron las reparaciones, y transportado por barcaza hasta el Puerto de Buenos Aires. Luego, un convoy especial lo llevó durante la madrugada hasta Recoleta, en un despliegue logístico que requirió podas, cortes de tránsito, elevación de cables y la construcción de un camino de madera para permitir el ingreso de la pieza al predio.
El segundo pétalo restaurado será colocado en noviembre, lo que marcará la etapa final de un año y medio de trabajo técnico y artístico.
Con esta intervención, la Floralis Genérica —obra del arquitecto Eduardo Catalano, inaugurada en 2002— volverá a abrir sus seis pétalos de acero inoxidable y aluminio, reafirmando su lugar como símbolo porteño de innovación, arte y resiliencia urbana.

 
			 
			 
			