La población en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires creció un 23,2% en el último año, según datos oficiales del Gobierno porteño. El número de personas sin techo pasó de 3.286 en noviembre de 2023 a 4.049 en noviembre de 2024, revelando una problemática social estructural que continúa agravándose.
Este dato surge del relevamiento anual realizado por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, al que accedió el sitio Chequeado. No obstante, organizaciones sociales que trabajan en el territorio afirman que la cifra real es al menos tres veces mayor, estimando entre 10.000 y 12.000 personas actualmente en situación de calle.
Aumento también en centros de inclusión
Uno de los puntos más destacados del informe oficial es el aumento de personas alojadas en los Centros de Inclusión Social (CIS) que gestiona el Gobierno de la Ciudad: en un año, la cantidad de personas que accedieron a estas instalaciones pasó de 2.108 a 2.813, lo que representa un incremento del 33,4%.
Según Gabriel Mraida, ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, este dato muestra una tendencia creciente en la utilización de dispositivos de asistencia estatal: “Hoy, dos tercios de la población en situación de calle duermen dentro de nuestros centros todas las noches. Y este número viene en aumento. El desafío es seguir trabajando con los casos crónicos que todavía deciden permanecer en la calle”, explicó.
Niñez en situación de calle
El censo de noviembre de 2024 también relevó a 39 niños, niñas y adolescentes viviendo en la vía pública: 21 menores de entre 0 y 14 años y 18 adolescentes entre 15 y 18 años. Según la aclaración del informe oficial, en todos los casos se trató de situaciones puntuales, ya que “los adultos que acompañaban a los menores refirieron ser oriundos de la Provincia de Buenos Aires y que se encontraban por esa noche en CABA, no tratándose de situaciones de calle crónicas”.
Composición geográfica: la mitad, concentrada en tres comunas
El último relevamiento muestra que el 54% de la población en situación de calle se concentra en solo tres comunas:
- Comuna 1 (Microcentro): 33%
- Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal): 11%
- Comuna 4 (Barracas, La Boca, Pompeya y Parque Patricios): 10%
En 2023, estas mismas comunas concentraban el 55,5%, lo que sugiere una persistencia de los núcleos de mayor vulnerabilidad.
Un fenómeno interjurisdiccional
La vicejefa de Gobierno porteño, Clara Muzzio, vinculó el crecimiento de la población en calle con la migración interna, señalando que “6 de cada 10 personas que viven en las calles de Capital no nacieron ni nunca tuvieron un domicilio en la Ciudad”. Según el censo, un 35% nació en la Ciudad, un 34% proviene de la Provincia de Buenos Aires, un 23% de otras provincias y un 8% de otros países.
Desde las organizaciones sociales se matiza esta lectura. Para Catalina Marino, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), es necesario entender el fenómeno en el marco de las dinámicas productivas de las grandes ciudades: “Muchas personas vienen a la Ciudad por razones laborales, aunque residan en la Provincia. Algunas duermen en la calle de forma intermitente, lo que también debe ser considerado en el abordaje”.
Las voces de quienes trabajan en el territorio
Desde Proyecto 7, una organización conformada por personas en situación de calle, Horacio Ávila fue contundente: “La situación ha empeorado en el último año: aumentó la represión, la criminalización, la estigmatización, disminuyeron los recursos y no se cumple la ley vigente”.
Ávila también denunció un cambio en la composición poblacional: “Ahora vemos más familias enteras, muchas con sus muebles, más madres con niños pequeños, y más personas mayores que antes. Con ingresos de 280 mil pesos deben elegir entre pagar una pensión, comer o comprar medicamentos”.
Diferencias en los relevamientos
El Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (ReNaCalle), realizado por organizaciones sociales en diciembre de 2023, estimó la población en 8.028 personas, más del doble de la cifra oficial. Proyecto 7 estima que, para fines de 2024, ya había entre 10.000 y 12.000 personas en calle solo en la Ciudad de Buenos Aires.
Las diferencias radican en las metodologías de recolección. El Gobierno porteño realiza su censo en una sola noche, entre las 20 y las 2 de la madrugada, con poco personal y vehículos móviles. En cambio, las organizaciones sociales despliegan más de 700 voluntarios a pie, durante cuatro días, cubriendo los 47 barrios de las 15 comunas.
“El censo oficial es una foto muy acotada; el nuestro es un relevamiento real”, afirmó Ávila. El Gobierno responde que su método evita contabilizar más de una vez a las mismas personas.
¿Qué dicen las leyes?
Existen dos marcos legales que, según organizaciones sociales, no se cumplen:
- Ley Nacional 27.654 (2021): establece censos poblacionales nacionales y la creación de políticas específicas, pero aún no ha sido implementada.
- Ley 3706 de la Ciudad de Buenos Aires (2010): obliga al Gobierno porteño a dar una respuesta integral y coordinada para personas en situación de calle o en riesgo de estarlo.
Para Marino, de ACIJ, la política actual combina “una asistencia a través de centros y subsidios, con una visión punitivista del espacio público, como si se tratara de un problema de higiene urbana. Eso contradice la ley vigente y el enfoque de derechos que debe tener la respuesta estatal”.
Enfoque en salud mental y adicciones
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat se reconoce que una parte significativa de las personas en calle presenta problemas de salud mental o consumo problemático. Ante esto, Mraida destacó el trabajo realizado con protocolos específicos y equipos interdisciplinarios.
“Desarrollamos un Protocolo de Salud Mental, carpas itinerantes con especialistas en adicciones, y centros específicos para personas con estas problemáticas, con el fin de evitar respuestas estandarizadas y abordar cada caso de forma adecuada”, afirmó.
Una problemática estructural
El aumento sostenido de la población en situación de calle refleja las consecuencias de un escenario más amplio: pobreza estructural, falta de acceso a la vivienda, aumentos desmedidos de los alquileres y procesos de desalojo masivo, entre otros factores.
Los actores del ámbito social coinciden en que, más allá de las cifras, se necesita una política interjurisdiccional, integral y con financiamiento real, que articule esfuerzos entre la Nación, la Ciudad y las provincias.
La calle no debería ser destino ni refugio. La multiplicación de personas sin techo interpela a la política pública, al sistema económico y al modelo de ciudad que se construye. En un contexto de crisis multidimensional, la garantía de un piso mínimo de dignidad no puede quedar librada al azar, la beneficencia o la estadística.