Con bombos, platillos, espuma, estandartes y mucho trabajo comunitario, la Plaza Martín Fierro volvió a convertirse en epicentro de una de las celebraciones más entrañables del verano porteño: el corso barrial, esa fiesta colectiva que se niega a desaparecer. Organizado por la histórica agrupación Resaca Murguera, este festejo popular volvió a cobrar vida durante los dos primeros fines de semana de febrero, en el corazón del barrio de San Cristóbal, Comuna 3.
El espacio verde ubicado en La Rioja y Cochabamba se vistió de fiesta para albergar una nueva edición del carnaval porteño, una de las expresiones culturales más representativas del entramado social urbano, profundamente arraigada en la historia de Buenos Aires desde fines del siglo XVIII. Este año, el evento tuvo un condimento especial: Resaca Murguera celebra 25 años de vida, y lo festeja manteniendo viva su tradición como organizadora del corso local, un compromiso que sostiene desde hace casi una década.
De la calle a la plaza: la evolución de un festejo artesanal
“El carnaval en Plaza Martín Fierro comenzó a gestarse alrededor de 2017. Al principio, lo hacíamos en la calle, como se hacía históricamente. Luego, desde 2018 y 2019, comenzamos a realizarlo directamente en la plaza”, recuerda María Eugenia, una de las referentes actuales de la agrupación, que dirige junto a Pablo y Natalia. Hoy, ese espacio barrial se transformó en el escenario de una celebración que congrega a decenas de agrupaciones y cientos de vecinos cada noche de corso.
Más que un simple evento, la murga concibe el carnaval como una expresión identitaria y artesanal, donde cada detalle —desde la decoración hasta el buffet— es realizado por los integrantes de la agrupación. “Queremos que sea un espacio familiar, cálido, donde los vecinos se sientan parte. Cocinamos, colgamos guirnaldas, armamos sorteos, hacemos todo a pulmón”, subrayan desde la organización.
Este año, Resaca Murguera organizó dos fines de semana completos de celebración: los sábados 1 y 8 y los domingos 2 y 9 de febrero. Cada jornada comenzó a las 19 horas, con entrada libre y gratuita.
Una fiesta para el barrio: espuma, danza y cultura
El corso de la Plaza Martín Fierro no es solo desfile de murgas: es una experiencia comunitaria completa, pensada para el disfrute de todas las edades. Además del paso de las agrupaciones carnavaleras con su vestuario colorido, coreografías y ritmos festivos, el evento contó con juegos de espuma, concursos de baile, espectáculos en vivo, sorteos y un buffet a precios populares.
El primer fin de semana se presentó una nutrida grilla de murgas invitadas, entre las que destacaron: Linyeras de La Boca, Bohemios de Villa Lugano, Los Prestigiosos del Carnaval, Los Pitucos de Villa del Parque y Devoto, Armando la Gorra, Bombo Platillo y Elegancia, Atacados por la Santa Risa, Unión Boquense, Alma Brava, Renegados de Villa Pueyrredón, Lagamur Delrioba, Magia Murguera, Pasión Quemera, Perdidos por Parque Chas y Una Loca Pasión.
En el segundo fin de semana fue el turno de agrupaciones como Los Dementes de la Quema, Los Mimados de la Paternal, Arrebatados de Zona Norte, Revoltosos de Villa Real, Enemigos del Casorio, Elegantes de Palermo, Impresentables de Flores, Fabrizio Díaz, Sueño Murguero, entre otras.
La mística de Resaca Murguera
La historia de Resaca Murguera comenzó en 1999. Desde entonces, la agrupación ha consolidado su presencia en el barrio y se ha ganado un lugar en el circuito oficial del carnaval porteño, que es organizado en conjunto entre el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y las asociaciones civiles de murgas.
“Es un privilegio y un honor que nuestra murga cumpla 25 años y sea la organizadora del corso local”, expresan con orgullo sus integrantes. La plaza Martín Fierro no es solo el lugar del festejo: es el territorio simbólico y físico donde Resaca Murguera ensaya, crece y se vincula con su comunidad.
En diciembre de 2024, la agrupación participó de una jornada especial de promoción del carnaval junto a otras murgas, en una acción que recorrió la Avenida Rivadavia desde Plaza de Mayo hasta Liniers. Bajo el lema “Carnaval Porteño con 15 kilómetros de sentimiento”, se instalaron postas para dialogar con vecinos, compartir fotos históricas y exhibir trajes de murga. Resaca se ubicó en el cruce de Rivadavia y Rincón, donde recibió gran apoyo barrial.
Un corso que resiste en el sur de la Comuna 3
De los 20 corsos habilitados oficialmente en la Ciudad de Buenos Aires para la temporada 2025, el de Plaza Martín Fierro es el único ubicado en la Comuna 3, que abarca los barrios de Balvanera y San Cristóbal. A lo largo de las décadas, esta zona ha tenido una rica historia murguera, con corsos en calles emblemáticas como Independencia y Sarandí, San Luis y Bustamante, Pichincha y Moreno, Córdoba y Agüero, entre muchas otras. Sin embargo, la mayoría no ha sobrevivido al paso del tiempo, la falta de apoyo institucional o las restricciones urbanas.
Por eso, lo que hoy realiza Resaca Murguera adquiere un valor aún mayor: mantener viva la cultura popular en un espacio público que funciona como punto de encuentro intergeneracional, inclusivo y gratuito.
“El carnaval representa un derecho cultural. En este espacio se produce un verdadero cruce entre arte, memoria, pertenencia y alegría”, sostienen desde la organización Carnaval en los Barrios, que nuclea a las agrupaciones del circuito oficial porteño.
Carnaval porteño: identidad, mística y resistencia
Desde el Ministerio de Cultura destacan que el carnaval de Buenos Aires se configura como una celebración descentralizada, comunitaria y autogestiva, donde cada murga pone en juego su impronta, historia y vínculo con el territorio. “Desde las 19 hs. y hasta las 2 de la madrugada los sábados y feriados, y hasta la medianoche los domingos y martes de carnaval, los vecinos y vecinas podrán disfrutar de la variedad artística que cada corso ofrece”, remarcan desde el área.
En cada jornada se despliegan danzas coreografiadas, estandartes, trajes brillantes y canciones originales, siempre al ritmo del bombo con platillo, símbolo indiscutido de la murga porteña. Niños, jóvenes y adultos participan activamente, ya sea como protagonistas o como público fervoroso.
“Los corsos son también resistencia cultural. En un mundo donde todo parece estandarizado, la murga nos recuerda que lo barrial, lo colectivo y lo artesanal tienen un valor enorme”, reflexionan desde Resaca Murguera.
✨ Una fiesta que sigue latiendo
A 25 años de su nacimiento, Resaca Murguera renueva su compromiso con el barrio de San Cristóbal y con el legado del carnaval porteño. En un contexto donde muchas expresiones culturales barriales han sido desplazadas por el avance inmobiliario, la mercantilización del espacio público o la indiferencia institucional, el corso de Plaza Martín Fierro demuestra que la alegría organizada y la cultura del pueblo siguen más vivas que nunca.
“El carnaval no es solo fiesta: es trabajo comunitario, es memoria, es lucha y también es amor. Y todo eso pasa en la plaza, bajo las estrellas, al ritmo del bombo que no se calla”, concluyen desde la murga.