La Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires resolvió rechazar la solicitud presentada para impedir la demolición de un chalet centenario situado en la intersección de las calles Ávalos y La Pampa, en el barrio de Parque Chas. Esta determinación implica que el patrimonio arquitectónico y cultural del barrio pierde una vez más una construcción emblemática, a pesar del esfuerzo y la oposición manifestada por vecinos y diversas organizaciones que habían impulsado acciones legales con el objetivo de proteger el inmueble y evitar su destrucción.

El juez en lo contencioso, administrativo y tributario N° 2, Aurelio Ammirato, dictó la resolución que deja sin efecto la medida cautelar que hasta el momento había frenado la demolición del histórico chalet. Esta decisión judicial se produjo tras la revisión de un recurso interpuesto por las agrupaciones Basta de Demoler y el Observatorio del Derecho a la Ciudad, dos entidades que habían conseguido, a principios de enero, la aprobación de una medida preventiva para detener el avance de las obras en el lugar. No obstante, con la nueva sentencia, el terreno y la construcción pasarán definitivamente a manos del emprendimiento inmobiliario que prevé edificar un edificio de planta baja y dos pisos en el predio donde se encuentra el chalet.

Este inmueble, de gran valor histórico y arquitectónico para el barrio, representaba un vestigio fundamental de la identidad y la historia de Parque Chas. Según los defensores del patrimonio urbano, el chalet era el último ejemplar de su estilo que conservaba la estructura original, dado que el resto de las viviendas antiguas del barrio han sido demolidas o alteradas significativamente a lo largo de los años. Por esta razón, diversas asambleas vecinales y grupos de vecinos organizaron manifestaciones y campañas con el propósito de sensibilizar tanto a las autoridades como a la sociedad en general acerca de la importancia de preservar estas edificaciones, que constituyen parte del patrimonio cultural de la ciudad.

En este marco, desde la Asamblea Somos Parque Chas expresaron su profunda tristeza y decepción frente a la decisión judicial. A través de un comunicado, manifestaron: “Nos despedimos de otra casa patrimonial que formaba parte de nuestra historia y memoria colectiva”. La pérdida de esta construcción representa, para los integrantes de la comunidad, un golpe más a la identidad barrial, que se ve cada vez más amenazada por el avance indiscriminado del desarrollo inmobiliario.

En el texto de su fallo, el juez Ammirato aclaró que su resolución no representa una definición sobre el fondo del litigio. Por el contrario, explicó que la decisión corresponde exclusivamente a la naturaleza provisional de las medidas cautelares. En palabras del magistrado: “Cabe destacar que, dado que toda resolución en materia cautelar es provisional, la denegatoria actual no implica una evaluación definitiva sobre la procedencia sustancial de la acción. Este aspecto deberá ser examinado en profundidad al dictar sentencia definitiva sobre el mérito de la pretensión y la defensa, una vez que se haya agotado el proceso de debate y se hayan reunido todos los elementos probatorios durante la sustanciación del trámite.”

Por otro lado, Jonatan Baldivieso, presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, afirmó que el rechazo a la medida precautelar significa que “ya no existe orden judicial que suspenda la demolición”, lo cual despeja el camino para la desaparición definitiva del chalet. Según Baldivieso, esta resolución judicial constituye un retroceso en la lucha por la conservación del patrimonio edilicio de la ciudad, en un momento en que la presión inmobiliaria crece de manera acelerada y afecta gravemente a los barrios históricos.

Así, el barrio de Parque Chas ve cómo otro de sus edificios históricos desaparece en medio de un proceso de transformación urbana que genera importantes tensiones entre el interés por el desarrollo inmobiliario y la necesidad de preservar la identidad y la memoria colectiva. Mientras tanto, los vecinos y las organizaciones sociales continúan reclamando la implementación de mecanismos legales y administrativos más efectivos para proteger el patrimonio cultural y evitar que sigan perdiéndose piezas valiosas que forman parte de la historia barrial. Sin embargo, los proyectos de construcción y renovación edilicia siguen avanzando con el aval y la aprobación de las autoridades locales, lo que alimenta la preocupación y el descontento de quienes defienden la conservación del carácter original de sus barrios.

Este episodio se suma a una serie de casos similares registrados en la Ciudad de Buenos Aires, donde la lucha por proteger las construcciones históricas choca con el fuerte impulso inmobiliario que caracteriza a la capital. En muchas ocasiones, estas disputas terminan con la demolición de casas y edificios con valor patrimonial, lo que contribuye a la pérdida progresiva de la diversidad arquitectónica y cultural que define a cada barrio.

Los especialistas en patrimonio urbano advierten que la conservación de estos espacios no solo tiene un valor simbólico, sino que también contribuye a mantener la identidad y la calidad de vida de las comunidades. A su vez, resaltan la necesidad de políticas públicas claras y efectivas que regulen el crecimiento urbano de manera sustentable y que reconozcan la importancia de equilibrar el desarrollo económico con la protección del legado histórico y cultural.

Por su parte, los vecinos y organizaciones involucradas en esta causa anunciaron que continuarán en la lucha para buscar nuevas vías legales y de incidencia social que permitan frenar proyectos similares y promover un modelo de ciudad que respete y valore su historia. “No nos resignamos a perder más espacios que nos conectan con nuestro pasado y con la esencia de Parque Chas”, señalaron en un comunicado conjunto.

En definitiva, la autorización para la demolición de este chalet histórico en Parque Chas representa un claro ejemplo de las dificultades que enfrentan las comunidades en la defensa del patrimonio frente al avance inmobiliario. La tensión entre crecimiento urbano y conservación patrimonial sigue vigente y constituye un desafío fundamental para garantizar un desarrollo urbano equilibrado y respetuoso con la identidad de la ciudad.

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