En su primera acción concreta tras asumir la gestión de 31 líneas de colectivo que operan exclusivamente en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Gobierno porteño anunció la extensión del recorrido de la línea 90, operada por la empresa Metropol. Desde esta semana, la línea llega hasta los barrios populares 21-24 y el complejo habitacional Procrear, ubicados en el extremo sur de la ciudad, mejorando sensiblemente la conectividad urbana y la calidad de vida de miles de vecinos.

La medida se enmarca en el inicio de una nueva etapa de autonomía en la gestión del transporte público porteño, impulsada por el Gobierno de la Ciudad luego del traspaso de las líneas que hasta entonces eran reguladas por el Gobierno Nacional. Este cambio estructural implica que las decisiones sobre recorridos, frecuencias y mejoras en el servicio serán diseñadas desde una perspectiva más cercana a la realidad local, permitiendo una mayor eficiencia en la respuesta a las demandas ciudadanas.


Un beneficio concreto para los vecinos del sur

La ampliación del recorrido de la línea 90 responde a una demanda histórica de los vecinos de los barrios 21-24 y del complejo Procrear, quienes hasta ahora debían combinar varios medios de transporte para trasladarse hacia zonas clave de la Ciudad como Constitución o Chacarita. Con la nueva extensión, se incorpora un tramo adicional al recorrido habitual, conectando de forma directa estas zonas con nodos neurálgicos de la red de transporte porteña.

El trayecto tradicional de la línea, que recorría importantes arterias de la Ciudad desde Chacarita hacia el sur, ha sido extendido hacia el este, sumando nuevas paradas en los barrios populares y en el desarrollo habitacional Procrear. Según se detalla en el nuevo esquema difundido por el Ministerio de Infraestructura, el nuevo tramo fue incorporado en color azul al tradicional trazado rojo, lo que facilita su visualización en mapas y paradas.


Una política de movilidad con enfoque en la inclusión

El ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartua, remarcó que esta es apenas la primera medida de una serie de acciones previstas para las 31 líneas recientemente transferidas. “Mejorar la movilidad es una de las prioridades del jefe de Gobierno Jorge Macri. Esta es la primera de una serie de medidas que vamos a implementar y anunciar en los próximos días. Representa un paso más en el camino hacia una Ciudad más autónoma, pero también más equitativa”, explicó.

Con esta visión, la Ciudad busca resolver desigualdades históricas en el acceso al transporte público, especialmente en zonas que tradicionalmente estuvieron relegadas. El objetivo es que todos los vecinos, sin importar en qué barrio vivan, puedan desplazarse de forma eficiente, rápida y segura dentro del territorio porteño.


Más integración, menos transbordos

La modificación del recorrido de la línea 90 tiene un impacto directo en la rutina de los habitantes de la zona sur, quienes a partir de ahora cuentan con un servicio directo hacia Constitución —centro neurálgico de la red de trenes, subtes y colectivos— y Chacarita, otro importante polo de transferencia metropolitana. Esto reduce drásticamente la necesidad de transbordos, agiliza los tiempos de viaje y mejora la integración territorial.

Además, se trata de una línea estratégica porque recorre un amplio arco de la ciudad, tocando barrios como Barracas, San Telmo, Monserrat, Villa Crespo, Colegiales y Palermo. De esta manera, amplía las oportunidades de acceso a servicios, educación, salud y empleo para los vecinos de los barrios populares, fortaleciendo los vínculos urbanos y sociales en la Ciudad.


La línea 90 y su nuevo rol en la red porteña

Con la nueva extensión, la línea 90 se convierte en un conector clave entre zonas históricamente desconectadas del entramado de transporte metropolitano. Su ampliación no solo representa una mejora técnica o logística, sino también un gesto político y social que apunta a equilibrar el desarrollo urbano y reducir las brechas territoriales.

Este cambio se suma a una tendencia creciente en la Ciudad: pensar el transporte público como un derecho social y una herramienta de inclusión, más allá de su función técnica. En ese sentido, la nueva etapa de gestión local de las líneas de colectivo aparece como una oportunidad para repensar rutas, frecuencias, infraestructura de paradas y accesibilidad, todo bajo criterios adaptados a las particularidades de cada barrio.


El traspaso: un paso hacia la autonomía porteña

La decisión de traspasar 31 líneas de colectivos a la órbita del Gobierno de la Ciudad representa uno de los hitos recientes más importantes en el camino hacia una mayor autonomía de Buenos Aires. Desde principios de 2024, la Ciudad es la autoridad competente en materia de regulación, fiscalización y planificación del servicio de colectivos que circulan exclusivamente en su territorio.

Este nuevo marco permite diseñar políticas más precisas, orientadas a la realidad urbana y a las necesidades de los vecinos, sin depender de organismos nacionales que muchas veces responden a lógicas federales más generales. En este contexto, la extensión del recorrido de la línea 90 es la primera medida concreta, pero se anticipa que vendrán más novedades, incluyendo ajustes de frecuencias, incorporación de tecnología en paradas y mejoras en infraestructura vial.


Los próximos pasos: planificación integral y más obras

Desde el Ministerio de Infraestructura anticipan que, en las próximas semanas, se avanzará con nuevas medidas de mejora en la red de colectivos, especialmente en relación con:

  • Revisión integral de recorridos obsoletos o superpuestos
  • Optimización de tiempos de espera y frecuencias
  • Ampliación de recorridos hacia barrios periféricos
  • Incorporación de paradas seguras y accesibles
  • Señalética y mapas interactivos renovados

Todas estas acciones forman parte de un Plan de Movilidad Integral que se irá desplegando de manera escalonada, con la participación de áreas técnicas, juntas comunales y vecinos organizados. El objetivo es construir una Ciudad que no solo sea más fácil de recorrer, sino también más justa, más conectada y más eficiente en el uso de sus recursos.


Una mejora que impacta en el día a día

Para los usuarios de la línea 90 y los habitantes de los barrios ahora incluidos en el recorrido, esta medida representa una transformación tangible en su vida cotidiana. Acceder a un colectivo que los lleve sin transbordos a los principales centros urbanos de Buenos Aires es mucho más que un ajuste técnico: es una forma concreta de acercar oportunidades, reducir tiempos perdidos y mejorar la calidad del transporte público.

La iniciativa también pone en evidencia una visión de gestión que combina planificación urbana, sensibilidad social y mirada metropolitana. Al poner en el centro las necesidades de quienes más dependen del transporte público, la Ciudad avanza hacia una movilidad más equitativa, sustentable y humana.La Línea 90 extiende su recorrido y mejora la conectividad entre el sur porteño, Constitución y Chacarita

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