Vecinas y vecinos del Parque Sarmiento han lanzado una campaña ciudadana con el propósito de recuperar el espacio público, frente a la creciente presencia de concesiones privadas, usos comerciales de áreas verdes y la realización de recitales masivos en zonas que deberían conservar función ecológica. El Sarmiento es, sin dudas, uno de los espacios verdes más extenso y emblemático de la ciudad, con una superficie que lo define como Urbanización Parque (UP). No obstante, más del 15 % de su área se encuentra actualmente en manos privadas, lo que ha generado un fuerte malestar vecinal. La comunidad exige que vuelva a ser 100 % pública, por lo que impulsan una recolección de firmas digital, la presentación de un recurso de amparo ante la Justicia, y la preparación de un proyecto de ley que deje claro ante la Legislatura porteña que el parque debe volver a manos de la ciudadanía.


🔺 Antecedentes

Buenos Aires, 8 de abril de 2025.
La proliferación de concesiones dentro del parque no es un fenómeno aislado: hace varios años que ganan terreno de forma paulatina. El caso más reciente fue la ampliación de la concesión al centro deportivo del exjugador Sebastián Battaglia, quien ya contaba con canchas de fútbol en el espacio. A fines de 2023, se le adjudicaron nuevas hectáreas para expandir su emprendimiento, que incluye un complejo de pádel. Actualmente, esa organización —registrada como Locura Deportiva Sociedad Anónima— gestiona 2,2 hectáreas del parque. Pero no es la única concesión: las canchas privadas de rugby y tenis, en conjunto, suman unas doce hectáreas bajo explotación no pública, lo que representa el 17,2 % de la superficie total del parque.

Esta usurpación gradual implica una limitación al derecho de acceso libre al espacio verde, además de modificar su concepción original como pulmón urbano y reserva ecológica funcional. Los vecinos denuncian no solo la pérdida de metros verdes, sino también el deterioro del entorno natural, impacto en la flora y fauna autóctona, cambios en los patrones de uso y la llegada de un modelo de parque privado que sustituyó el uso municipal gratuito por emprendimientos con fines comerciales.


Iniciativa vecinal

El colectivo “Vecinos por el Parque Sarmiento”, formado en diciembre de 2024, se organizó a partir de la preocupación compartida por quienes disfrutan del parque cotidianamente. Su plataforma de acción incluye:

  1. Recopilación de firmas digitales para exigir a las autoridades porteñas que revoquen las concesiones, austeras y sin consulta pública previa.
  2. Presentación de un amparo judicial, con el argumento de que esas concesiones vulneran normas ambientales y urbanísticas, al permitir usos no compatibles con la categoría de Parque Urbanizado (UP).
  3. Proyecto de ley a la Legislatura de la Ciudad, con respaldos técnicos. El nombre elegido, “Parque Sarmiento: naturaleza y bienestar para todos”, sintetiza los valores que buscan reinstaurar.

“Nos unimos para defender este espacio verde y proteger nuestro ambiente”, señaló el comunicado del colectivo, “y pedimos que se frene cada una de las irregularidades del Parque Sarmiento”. El texto también antepone el cese de “privatizaciones y megafestivales” como ejes fundamentales de su campaña.


Impacto medioambiental: la voz de los especialistas

Una de las principales advertencias viene de Proyecto Lechus, una organización dedicada a la protección de las lechuzas y aves rapaces que viven en los alrededores del parque. Esta iniciativa alertó sobre varios efectos negativos derivados de los conciertos masivos:

  • Alteraciones a la fauna: las aves abandonan sus nidos y se desorientan, intentando huir de luces intensas, música a alto volumen y vibraciones, lo que puede causarles graves daños o incluso la muerte. Los más afectados: los críos y pichones.
  • Contaminación por residuos: la presencia de plásticos y otros desechos en el entorno es peligrosa: las aves los ingieren o quedan atrapadas, con consecuencias fatales para su salud.
  • Estrés acústico y luminoso: la proximidad de grandes equipos de sonido crea un entorno hostil, que modifica los ciclos de descanso de la fauna, altera sus senderos de comportamiento y genera estrés crónico.

El comunicado de Proyecto Lechus afirma textualmente:

“Las aves huyen de sus nidos y de su entorno conocido, en un afán de escapar de las luces brillantes, la música a todo volumen y las vibraciones, por lo cual se desorientan, produciéndoles daños e incluso la muerte, siendo los pichones más vulnerables.”

Y añade:

“Los residuos generados también afectan a las aves, quienes los ingieren o quedan atrapadas por los plásticos. Asimismo, la corta distancia a los equipos de sonido perturba enormemente el hábitat de las aves silvestres, alterando de forma considerable su comportamiento, ciclo de sueño y tranquilidad habitual.”

Estas declaraciones subrayan la necesidad de evaluar con rigor ambiental las actividades que se realizan en el parque y limitar aquellas que pongan en riesgo su biodiversidad.


Denuncias urbanísticas y medioambientales

Además de la problemática por conciertos y concesiones, el colectivo denuncia lo siguiente:

  • Construcción de un nuevo camino interno, que atraviesa zonas protegidas, conectando las canchas de pádel con las de fútbol, un proyecto que completa las transversalizaciones bypaseando la reserva sin autorización oficial.
  • Poda indiscriminada y retiro de suelo absorbente, lo que agrava la compactación del terreno, reduce la infiltración de aguas y afecta a especies arbóreas maduras.
  • Uso de pirotecnia y fogones, acciones que crean riesgo de incendio, contaminación y daños a la fauna silvestre.

En ocasión de la presentación, advirtieron: “Piden además que todos (público y concesionados) respeten los horarios establecidos para el parque, advierten sobre la poda indiscriminada, la quita de suelo absorbente y el uso de pirotecnia”.


El proyecto del colectivo

Bajo el título “Parque Sarmiento: naturaleza y bienestar para todos”, el proyecto legislativo en elaboración propone:

  1. Reestatización de todas las hectáreas concesionadas a privados, para reincorporarlas al dominio público.
  2. Prohibición clara de usos masivos, como recitales o festivales, que no estén vinculados a objetivos culturales de baja escala y con impacto ambiental evaluado.
  3. Preservación de reservas ecológicas, fijando límites legales a caminos, poda y construcciones.
  4. Participación ciudadana vinculante, con comités locales de control y seguimiento.
  5. Plan de restauración ecológica, para recuperar suelos, arbustos autóctonos, fauna y conectividad.
  6. Horarios y normativas claras, que regulen accesos, circulación, actividades permitidas según zonas y estaciones del año.

La comunidad destaca que lograr estos cinco objetivos serviría no solo para salvaguardar un espacio público vital, sino también para generar un modelo replicable de gestión democrática, ecológica y sostenible del espacio urbano.


Ecos de la comunidad y próximos pasos

La repercusión en redes sociales, grupos vecinales y medios locales ha sido amplia. En Twitter e Instagram, la etiqueta #RecuperemosSarmiento fue trending topic breve y recorrida por vecinos que aportaron sus fotos, denuncias y apoyo. Algunas opiniones compartidas en foros como Plaza Congreso:

“Este parque es histórico, del pueblo. No puede pasar a manos de privados que lo conviertan en un club”, escribió un usuario.

“Apoyar esto es pensar en los chicos que merecen un espacio libre para correr, jugar y aprender sobre la naturaleza urbana”, comentaba otra.

Por su parte, especialistas en planificación urbana y derecho ambiental han avalado la iniciativa. Una abogada especializada en derecho ambiental sostuvo que “existen visas normativas —legales— que tipifican estas concesiones como ilegítimas si no respetan el uso público original ni fueron tratadas en Audiencia Pública”.

El colectivo planea los siguientes pasos:

  1. Difundir el crowdfunding legal, para financiar la medida judicial.
  2. Organizar propuestas y debates, con presencia de legisladores, técnicos, ambientalistas y vecinos.
  3. Realizar actividades culturales gratuitas, como murales, lecturas y talleres, para mostrar un uso alternativo sostenible.
  4. Entregar formalmente el proyecto de ley acompañado de firmas y avales técnicos a la Legislatura en agosto de 2025.

¿Por qué importa Sarmiento?

El Parque Sarmiento es un ecosistema urbano clave: actúa como pulmón de la ciudad, amortiguador térmico, depósito de biodiversidad, espacio de esparcimiento y lugar de memoria colectiva. Su categoría de UP (Urbanización Parque) implica principios de uso público consagrados por normativa. Sin embargo, la expansión de concesiones privadas lo ha transformado progresivamente en un conglomerado de áreas cerradas, accesibles solo a socios o clientes, y susceptibles de masificación con efectos centrífugos en su ecología.

Recuperar Sarmiento supone:

  • Defender un derecho colectivo: el acceso libre y gratuito a espacios verdes.
  • Preservar la biodiversidad urbana: proteger especies nativas y corredores biológicos.
  • Generar modelo participativo: con planificación colaborativa y control ciudadano.
  • Promover calidad de vida: ofrecer zonas de recreación, deporte y cultura sin sacrificios medioambientales.

El movimiento por recuperar el Parque Sarmiento sintetiza un reclamo que trasciende cuestiones locales: habla de la ciudad que queremos, del rol de lo público, de la democratización del espacio y de la convivencia armónica con la naturaleza. Con acciones coordinadas —firmas, amparo, proyecto legislativo, propuestas culturales y presión mediática—, la campaña encuentra respaldo técnico, legal y popular.

Solo resta que las autoridades tomen cartas en el asunto y, en el marco de una estrategia de planificación urbana sólida, opten por priorizar el bien común. Recuperar el Sarmiento no es una concesión, sino una devolución.

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