En noviembre de 2023, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos niños en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tuvo que contar con ingresos superiores a los $1.614.641 para poder ser considerada parte de la clase media. Esta cifra, proporcionada por el Instituto de Estadística y Censos de Buenos Aires (Idecba), no incluye los gastos asociados al alquiler, que tienen un impacto considerable sobre las finanzas de los hogares porteños. Si se toma en cuenta el costo de alquilar un departamento de tres ambientes, el ingreso necesario para alcanzar la clase media se incrementa a $2.264.641, según cálculos del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
Estos datos reflejan las crecientes dificultades económicas que atraviesan muchas familias porteñas en un contexto donde los costos de vida siguen subiendo. A pesar de la desaceleración de la inflación en términos interanuales, los aumentos en sectores claves de la economía como vivienda, transporte, salud y alimentos siguen presionando el poder adquisitivo de los ciudadanos. De acuerdo con el Idecba, una familia tipo en la Ciudad de Buenos Aires necesitó contar con ingresos superiores a los $1.032.246 para evitar caer por debajo de la línea de pobreza, lo que representa un incremento del 1,6% respecto al mes de octubre y un aumento mucho más significativo del 160,2% en comparación con noviembre de 2023. En cuanto a la indigencia, los ingresos mínimos requeridos para una familia tipo subieron ligeramente, pasando de $550.350 a $551.679, lo que muestra un incremento de 0,2% mensual y una variación interanual del 141,9%.
El impacto de la inflación y el aumento de precios en los hogares porteños
La inflación sigue siendo uno de los principales factores que afecta a las familias de la Ciudad de Buenos Aires, y noviembre no fue la excepción. Según el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA), la inflación mensual se situó en un 3,2%, lo que acumuló un aumento del 129,1% en lo que va del año. Sin embargo, el índice interanual, que compara los precios actuales con los de hace un año, experimentó una desaceleración, alcanzando el 177,4%. Esto representa una reducción considerable de 23,5 puntos porcentuales en relación al mes anterior. Aunque los números puedan parecer una pequeña mejora, la presión inflacionaria sigue siendo alta para la mayoría de los porteños, ya que afecta tanto a los bienes básicos como a los servicios esenciales.
Los aumentos más significativos en la canasta de consumo porteña se dieron en áreas como vivienda, transporte, salud y restaurantes y hoteles. Estos sectores fueron responsables de el 73,5% de la suba general de precios, un reflejo de los ajustes tarifarios y la creciente demanda de bienes esenciales.
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles: impacto de los alquileres y los servicios
Uno de los sectores que experimentó el mayor aumento fue el de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con una subida del 4,2% en noviembre. Este incremento se debió, en parte, a los aumentos en los alquileres, las expensas y el costo de los servicios básicos como el gas y la electricidad. A pesar de los esfuerzos por contener los aumentos en algunos rubros, el costo de vida relacionado con la vivienda sigue siendo una de las mayores preocupaciones para las familias porteñas. Según el CESO, en el caso de las familias que alquilan, los aumentos en estos rubros tienen un efecto directo sobre su capacidad de ahorro y consumo.
El alquiler sigue siendo uno de los costos más altos que enfrentan las familias en la Ciudad de Buenos Aires. Si bien los alquileres varían dependiendo de la zona y el tipo de propiedad, los departamentos de tres ambientes son los más demandados y, por ende, los que han visto mayores aumentos en sus precios. Esto obliga a muchas familias a destinar una porción significativa de sus ingresos al pago de alquiler, lo que deja menos margen para otros gastos esenciales.
Transporte: suba de tarifas y costos de combustibles
El sector del transporte también experimentó un importante aumento del 4,7% en noviembre, principalmente debido a la suba en las tarifas de taxis y al incremento de los combustibles. En un contexto donde los precios del combustible siguen fluctuando debido a los cambios en las políticas internas y externas, el costo del transporte privado y público afecta directamente a los hogares porteños, especialmente a aquellos que dependen del uso de vehículos particulares o el servicio de taxis para movilizarse en la ciudad.
Además, si bien el transporte público no ha registrado aumentos tan significativos, las expectativas de futuras subas en las tarifas del subte y los colectivos hacen que los usuarios se enfrenten a un panorama incierto, lo que contribuye a la creciente insatisfacción de los porteños con el sistema de transporte público. A pesar de los esfuerzos por mejorar el servicio, el alto costo del transporte sigue siendo una barrera para muchas familias, especialmente en un contexto de inflación persistente.
Salud: costos de las prepagas y el sistema de salud
En cuanto al sector salud, la subida del 4,2% en noviembre se debió en gran parte al aumento de las cuotas de las prepagas y otros costos asociados a los servicios de salud privados. A pesar de que la cobertura pública en el ámbito de la salud sigue siendo un pilar importante para los porteños, muchos prefieren contratar seguros médicos privados debido a la calidad de atención y la rapidez en la prestación de los servicios. Este aumento en las cuotas de las prepagas representa una carga adicional para muchas familias, especialmente para aquellas que deben destinar un porcentaje significativo de sus ingresos a pagar estas cuotas.
El sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires enfrenta una creciente demanda de atención, lo que ha llevado a un aumento en los costos de los servicios privados. Además, las expectativas de que la cobertura de salud pública se vea afectada por la inflación y las restricciones presupuestarias generan incertidumbre sobre el acceso a los servicios médicos en el futuro cercano.
Restaurantes y hoteles: subas en alimentos y servicios gastronómicos
El sector de restaurantes y hoteles experimentó un aumento del 3,1% en noviembre, impulsado principalmente por los aumentos en alimentos y los precios de los servicios gastronómicos. A pesar de la desaceleración en otros rubros, la gastronomía sigue siendo uno de los sectores más afectados por la inflación, ya que los costos de los insumos, como los alimentos y las bebidas, continúan subiendo. Esto ha llevado a muchos establecimientos a aumentar sus precios, lo que afecta a los consumidores y a las familias que solían disfrutar de salidas regulares a restaurantes o cafeterías.
El aumento en el costo de los alimentos y bebidas no alcohólicas
En cuanto a los alimentos y bebidas no alcohólicas, la inflación en este rubro fue más moderada en comparación con otros sectores, con un aumento promedio del 1,7% en noviembre. Sin embargo, dentro de este grupo, algunos productos básicos como verduras experimentaron caídas en sus precios, lo que ayudó a amortiguar el impacto general de los aumentos. A pesar de esta caída en algunos rubros, los precios de la carne, los lácteos y otros productos esenciales siguen en alza, lo que afecta directamente al presupuesto de las familias porteñas.
Desaceleración en la inflación interanual: un respiro ante el aumento de precios
A pesar de la persistente presión inflacionaria, el IPCBA destacó una desaceleración en la inflación interanual. Este fenómeno refleja una menor velocidad de aumento en los precios, lo que podría ser interpretado como una señal positiva para los consumidores. Sin embargo, la inflación núcleo, que excluye los precios más volátiles como alimentos y energía, mostró un incremento mensual del 3,1% y una variación interanual del 165,2%. Aunque la desaceleración interanual es un respiro, el alto nivel de inflación sigue afectando el poder adquisitivo de los porteños, especialmente de aquellos que viven con ingresos fijos o bajos.
Las familias porteñas siguen enfrentando una dura batalla contra la inflación y el aumento de precios, lo que ha hecho más difícil acceder a la clase media o incluso mantener un nivel de vida básico. A pesar de la desaceleración en la inflación interanual, los aumentos en sectores clave como vivienda, transporte y salud siguen presionando el presupuesto de los hogares porteños, lo que complica aún más el panorama económico en la Ciudad de Buenos Aires.