Con la llegada de noviembre, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se transforma en un espectáculo natural gracias al florecimiento de dos especies emblemáticas: jacarandás y tipas. Durante este mes, los espacios públicos y avenidas porteñas se bañan en un manto de intensos tonos violáceos y amarillos, atrayendo tanto a vecinos como a turistas deseosos de capturar la magia estacional.
Flores violetas que tiñen aceras y avenidas
Desde comienzos de noviembre, los jacarandás –con su seductora gama azul violácea– comienzan a cubrir las veredas y plazas con un velo floral de gran impacto visual. Hacia fin de mes, irrumpen las tipas, cuyas flores amarillas crean una alfombra colorida que anticipa el final de la temporada primaveral.
Según el último censo del arbolado público, actualmente existen 18 922 plasmas de jacarandás en la ciudad. De ellos, 13 872 crecen junto a las veredas, mientras que otros 5 050 se concentran en parques. Se destacan corredores como Avenida del Libertador, Figueroa Alcorta, Corrientes y San Juan, donde se observa la mayor densidad de estos árboles.
En este 2024, el jacarandá será el árbol más plantado dentro del Plan de Arbolado Urbano, con 3 704 nuevos ejemplares, que representan un 20 % del total de plantaciones previstas. Las comunas con más ejemplares nuevos serán la 9, 12, 4 y 10, con 380, 372, 371 y 322 plantaciones respectivamente, mientras que la Comuna 1, que comprende el microcentro, liderará con el 31 % del total.
Toma de color amarillo: la breve pero intensa floración de la tipa
Por su parte, la Tipuana tipu, popularmente conocida como tipa, florece hacia fines de noviembre con un estallido amarillo-anaranjado. Es la séptima especie arbórea más común en Buenos Aires, con 14 847 ejemplares (9 330 en veredas y 5 517 en espacios verdes). Su floración es efímera pero imponente: las tipas dejan caer sus flores en un gesto casi teatral que resulta un verdadero “lluvia amarilla”.
Algunos de los itinerarios más bellos para disfrutar de este fenómeno incluyen las avenidas Elcano, Dorrego, Brasil, Amancio Alcorta, Melián y Figueroa Alcorta. Destaca particularmente Valentín Alsina, en el Parque Tres de Febrero, reconocido por sus alineaciones de tipas perfectamente alineadas. Además, la calle Pedro Goyena sobresale por sus 132 ejemplares distribuidos a lo largo de 18 cuadras, convirtiéndose en un sitio predilecto de caminantes y fotógrafos.
Un legado vivo: las tipas y el sello de Carlos Thays
La presencia de la tipa en Buenos Aires es parte del legado del célebre paisajista Carlos Thays, quien introdujo esta especie desde el Norte argentino. Las flores se agrupan en racimos y exhiben un tono que varía entre el amarillo intenso y el anaranjado.
Durante su floración, también se puede observar un fenómeno particular: el llamado “llanto de las tipas”, provocado por la chicharrita de la espuma —un insecto que extrae savia y excreta una espuma blanca que parece gotear— y que, si bien no representa peligro, añade un toque más a la experiencia sensorial del entorno.
Un plan integral: cómo se cuida el arbolado urbano porteño
El Plan de Arbolado 2024, a cargo de la Subsecretaría de Gestión Comunal del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, prevé plantar 18 074 nuevos árboles, de los cuales 15 000 responden al Plan Maestro de Arbolado y 3 074 buscan reparar daños anuales, especialmente tras el fuerte temporal de diciembre de 2023.
El plan también incluye la instalación de 7 500 nuevas planteras y la reposición de 6 131 previamente afectadas. Más allá de jacarandás y tipas, el programa contempla 30 especies diferentes, cuidadosamente seleccionadas para respetar el contexto urbano e incrementar la diversidad biológica.
Más que belleza, beneficios ambientales
Esta estratégica ampliación del arbolado aporta beneficios múltiples:
- Regula la temperatura en zonas densamente edificadas.
- Mejora la calidad del aire y reduce la contaminación sonora.
- Fomenta la biodiversidad urbana, brindando hábitat seguro a animales y fauna local.
- Genera espacios de disfrute, relajación y conexión para vecinos y visitantes.
- Embellece el paisaje urbano, alentando la cultura e identidad de la Ciudad.
Una invitación visual que trasciende lo estético
El florecimiento de jacarandás y tipas se ha convertido en un evento esperado, casi ritual, que convoca a miles de personas a recorrer parques, avenidas y plazas. Esta explosión de color no solo embellece el paisaje, sino que también fomenta la conciencia ambiental, sensibilizando sobre la importancia del mantenimiento y la expansión del arbolado público.
Fotógrafos aficionados y profesionales capturan estas postales efímeras, vecinos se detienen y conversan, y la Ciudad misma parece respirar con calma, bajo la vibración de las flores.
Ciudades más verdes, comunidades más saludables
El compromiso de la Ciudad con el arbolado urbano refleja una visión de Buenos Aires como ciudad sostenible, donde el equilibrio entre desarrollo y naturaleza resulta fundamental. Iniciativas como esta consolidan una estrategia a largo plazo para mejorar la calidad de vida urbana, generar conciencia ambiental y construir un patrimonio natural que perdure en el futuro.
Mientras los jacarandás embellecen el paisaje de cielo tempestuoso y mañana clara, las tipas se aprestan a coronar noviembre con su luminosidad inconfundible. Así, cada paseo por Buenos Aires se convierte en una experiencia sensorial completa, un recordatorio de que el tiempo pasa y la naturaleza, siempre generosa, regala su espectáculo cada primavera.