La jornada de hoy en el barrio porteño de Palermo se vio marcada por un operativo policial y de emergencias que, afortunadamente, culminó sin resultados positivos ni hallazgos relevantes. Todo comenzó a raíz de una denuncia al servicio de emergencias 911, la cual informaba de un supuesto tirador en un balcón, que habría estado disparando hacia transeúntes y trabajadores de una obra de construcción en las cercanías. Sin embargo, tras una exhaustiva intervención de las fuerzas de seguridad y un rastreo minucioso, se comprobó que la denuncia carecía de fundamento.

La llamada de emergencia que generó el caos

La alarma se encendió a primera hora de la mañana, cuando un vecino, en principio desconcertado y alarmado por lo que aparentemente veía desde su ventana, alertó al 911 sobre la presencia de un hombre armado que, desde un séptimo u octavo piso de un edificio de la Avenida Luis María Campos, estaba disparando un arma de fuego hacia las personas en la vía pública. Este tipo de denuncia, tan grave y de alto riesgo, activó rápidamente un operativo masivo que incluyó tanto a la Policía de la Ciudad como a ambulancias del SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencias) que se desplazaron hasta el lugar para brindar atención médica a las posibles víctimas del ataque.

Las fuerzas de seguridad, ante la gravedad de la acusación, cortaron varias calles aledañas a la zona para poder llevar a cabo una búsqueda minuciosa y coordinar los esfuerzos de los agentes desplegados en el área. Mientras tanto, el SAME envió varias unidades móviles a la zona para asistir a las posibles víctimas del supuesto ataque, dada la naturaleza del reporte. La tensión en el lugar aumentaba conforme pasaban los minutos, con la incertidumbre de la población sobre lo que realmente estaba ocurriendo.

Una confusión que se fue aclarando poco a poco

A pesar de la rápida respuesta de las fuerzas de seguridad, a medida que avanzaba la investigación, comenzaron a surgir dudas sobre la veracidad de la denuncia. El titular del SAME, Alberto Crescenti, informó a los medios locales que se había atendido a un obrero que, aparentemente, había sufrido una herida provocada por un perdigón de aire comprimido. En este sentido, Crescenti relató que el herido había declarado que la lesión en su brazo derecho podía haberse producido por un disparo de un arma de aire comprimido, lo cual en principio parecía confirmar la denuncia de un agresor en la zona. Sin embargo, los agentes de policía, al iniciar las entrevistas con los testigos y realizar un rastreo más detallado, comenzaron a detectar incoherencias que hacían sospechar que algo no encajaba.

El testimonio de la denunciante y las contradicciones

Al parecer, la mujer que había realizado la denuncia inicial confundió los hechos, ya que, en su relato inicial, aseguraba haber visto al tirador disparando desde un balcón. No obstante, durante las entrevistas realizadas por la policía, la denunciante se retractó parcialmente de su versión. Según las fuentes oficiales, la mujer reconoció que el incidente que había referido no ocurría en ese momento, sino que correspondía a un hecho sucedido en el pasado. La mujer, al ser interpelada por los agentes, aclaró que en años anteriores había sido testigo de disparos de balines hacia palomas por parte de un conocido suyo, pero que no tenía información de que tal conducta se hubiera repetido en el presente.

Este cambio en su relato inicial fue clave para desactivar la alarma. La mujer, al parecer confundió una situación pasada con lo que pensaba estaba ocurriendo en ese instante. No obstante, esa confusión no hizo que el operativo se desactivara de inmediato, ya que los agentes, en su compromiso por esclarecer la verdad, continuaron con la investigación en el lugar.

Verificación de la herida y nuevos testimonios

El SAME, por su parte, no se quedó atrás en la verificación de la información. Tras revisar al trabajador de la construcción que había sido supuestamente herido, el personal médico determinó que la herida en el brazo derecho del obrero no era reciente. En su declaración, el obrero indicó que había notado la lesión en el día anterior al incidente, por lo que esto hizo que se cuestionara la relación directa de la herida con el supuesto ataque de disparos. A su vez, el obrero mencionó que en el día previo había observado a un hombre armado con una pistola de aire comprimido, pero su declaración carecía de pruebas sólidas que pudieran asociar de manera directa esa situación con el incidente de la mañana.

El trabajador también señaló que no tenía certeza sobre el origen de la lesión y que no se encontraba en el lugar del supuesto ataque en el momento en que la denunciante alegaba que ocurría el tiroteo. Esto fue otro indicio que llevó a las autoridades a considerar que la denuncia era un malentendido y que no existía una amenaza real en ese momento.

Operativo sin resultados

Ante la disparidad de testimonios y las nuevas revelaciones, la Policía de la Ciudad intensificó sus esfuerzos para verificar la información. Se inspeccionó el edificio señalado por la denunciante, ubicado en la Avenida Santa Fe al 4900. Las fuerzas de seguridad revisaron los balcones y las áreas cercanas al edificio, llevando a cabo un rastreo minucioso de la zona. Sin embargo, tras un exhaustivo procedimiento, no se halló ninguna evidencia que corroborara las acusaciones sobre la presencia de un tirador en el balcón. Ni se encontraron armas, ni se hallaron rastros de disparos.

Este rastreo fue complementado con la intervención de la Unidad de Flagrancia Norte, que se encargó de supervisar el caso bajo la dirección de la fiscal María Milagro Sauls. Durante las diligencias, la fiscal solicitó tomar declaraciones tanto del obrero como del capataz de la obra para obtener mayores detalles sobre los hechos. Tras escuchar los testimonios y realizar las correspondientes verificaciones, la fiscalía decidió cerrar el caso sin proceder con cargos adicionales, dado que no se encontró evidencia de un ataque armado.

Un operativo sin precedentes que terminó en una falsa alarma

En definitiva, el operativo policial desplegado en Palermo, que generó una gran movilización de recursos y personal, terminó sin mayores consecuencias. La falsa denuncia sobre un tirador en un balcón desató una cadena de eventos que, afortunadamente, no resultaron en víctimas ni en daños mayores. No obstante, este incidente subraya la importancia de verificar las denuncias de manera cuidadosa antes de movilizar grandes cantidades de recursos, especialmente cuando se trata de situaciones de alto riesgo como la de un posible tirador.

Es fundamental que la ciudadanía también sea consciente de las implicaciones que tiene hacer una denuncia sin fundamento, ya que esto no solo pone en riesgo la seguridad pública, sino que también consume recursos que podrían haberse destinado a otras emergencias reales. Las autoridades, por su parte, demostraron una vez más su compromiso con la seguridad de los ciudadanos, respondiendo rápidamente al reporte, pero también manejando la situación con cautela cuando comenzaron a aparecer dudas sobre la veracidad de los hechos.

Este tipo de situaciones resalta la necesidad de una mayor educación y comunicación entre los vecinos y las autoridades para evitar malentendidos que puedan generar alarma innecesaria en la comunidad. En definitiva, el balance final del operativo fue positivo, ya que no hubo víctimas y se logró esclarecer el malentendido, aunque el costo en tiempo y recursos no debe ser subestimado.

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