La necesidad urgente de mejorar la fluidez del tránsito y eliminar cruces peligrosos para los peatones ha llevado al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a implementar un ambicioso proyecto destinado a la construcción de cinco nuevos pasos bajo nivel (PBN) en diversos barrios porteños. Estas obras, que se iniciarán durante el segundo semestre de este año, tienen como objetivo optimizar la circulación, garantizar una mayor seguridad vial y promover el desarrollo de las zonas afectadas. En una primera etapa, se ejecutarán dos túneles en los barrios de Caballito y Villa Lugano, mientras que en 2025 se planifica continuar con otros tres proyectos en Villa Luro y Núñez. Este conjunto de obras forma parte de una estrategia más amplia que tiene la ambición de completar una decena de pasos bajo nivel en el corto plazo.
El plan de infraestructura, aunque necesario desde el punto de vista técnico, no ha estado exento de controversias. Diversos grupos vecinales han expresado su preocupación, solicitando que se establezcan instancias de participación ciudadana para poder presentar sus objeciones y proponer alternativas viables a los proyectos. A pesar de estas inquietudes, las obras ya están avanzando en distintas etapas de ejecución: algunos de los túneles ya han sido licitados, mientras que otros se encuentran en sus fases preliminares. La inversión prevista para cada uno de estos pasos bajo nivel oscila entre 8 y 10 millones de dólares, y se estima que cada obra tomará entre 12 y 15 meses en completarse.
Pablo Bereciartúa, ministro de Infraestructura de la Ciudad, destacó la importancia de estos proyectos, afirmando que “mejorar la circulación, ordenar el tránsito y reducir los accidentes viales son prioridades claras para el jefe de Gobierno, Jorge Macri. Con este objetivo, se decidió acelerar la licitación de las obras, sin esperar a soluciones que muchas veces se demoran más de lo esperado”.
En este contexto, las primeras obras que se llevarán a cabo serán las de los pasos bajo nivel en la calle Federico García Lorca, que cruza las vías del Sarmiento en Caballito, y en Larrazábal, sobre la traza del Belgrano Sur en Villa Lugano. Además, en el barrio de Villa Luro se proyecta otro túnel en la calle Irigoyen, en el cruce de las vías del Sarmiento. También está prevista la construcción de dos nuevos pasos bajo nivel en Núñez, concretamente en las intersecciones de las calles Ramallo y Correa.
Por otro lado, se han avanzado en otros planes complementarios que incluyen la construcción de túneles adicionales en la zona sur de la ciudad. Entre estos se encuentran los previstos para las calles Murguiondo, Cafayate y Piedra Buena, así como los proyectados en la avenida Nazca, en el barrio de Flores. Además, en la zona de Villa Devoto y Villa del Parque se contemplan obras sobre la línea San Martín.
El ministro Bereciartúa también subrayó que el Gobierno continuará avanzando con estos proyectos. “La Ciudad tiene una amplia experiencia en la construcción de pasos bajo nivel, con 29 proyectos completados en los últimos 16 años”, señaló, destacando la continua inversión en infraestructura. Sin embargo, también dejó en claro que los proyectos están sujetos a revisión en sus etapas iniciales y que se mantendrá un diálogo abierto con los vecinos para incorporar sus sugerencias y preocupaciones.
Un aspecto clave de este plan de infraestructura es la eliminación de las barreras ferroviarias a lo largo de la línea Mitre, en el ramal Retiro-Tigre. Este será el primer tramo de la red ferroviaria porteña que quedará libre de barreras, lo que contribuirá significativamente a mejorar la circulación vehicular y a disminuir el tiempo que los conductores deben esperar por las barreras bajas. Actualmente, ya se ha logrado eliminar ocho barreras en el tramo que va desde Palermo hasta Belgrano, gracias a la construcción de un viaducto en altura. Como parte de esta iniciativa, se proyectan dos pasos bajo nivel adicionales en las intersecciones de Ramallo y Correa, en Núñez, lo que permitirá la circulación del tránsito liviano y del transporte público, y reducirá en 20 minutos el tiempo que se pierde cada hora debido a las barreras.
A pesar de los avances, el proyecto ha generado resistencia por parte de algunos vecinos, especialmente en la zona de Núñez, debido al impacto que la obra tendrá sobre las calles con adoquinado tradicional, como la calle Correa. En respuesta a estas preocupaciones, el Ministerio de Infraestructura ha decidido intensificar las reuniones barriales, con el fin de escuchar las opiniones de los residentes y analizar posibles alternativas que puedan mitigar los efectos negativos de la obra. Algunos vecinos han propuesto que el túnel no se construya y que, en su lugar, el tráfico hacia Avenida del Libertador se desvíe por la calle Besares, modificando incluso el recorrido de una línea de colectivos.
En el caso de Caballito, la intervención más importante será la construcción del paso bajo nivel en la intersección de la calle García Lorca con las vías del Sarmiento. Esta zona de la ciudad, caracterizada por un alto volumen de tránsito vehicular y peatonal, verá una transformación importante. La obra, que estará a cargo de Autopistas Urbanas (AUSA), se llevará a cabo durante 17 meses y se prevé que se inaugure a principios de 2026. Además de la construcción del túnel, el proyecto incluye una intervención en las veredas y calles circundantes, creando nuevos espacios públicos con áreas de descanso y equipamiento urbano, lo que mejorará la calidad de vida de los vecinos.
En la comuna 10, otro paso bajo nivel se construirá en la calle Irigoyen, donde el cruce a nivel actual genera importantes demoras y congestión. Este túnel tiene como objetivo mejorar el flujo vehicular, aumentar la seguridad ferroviaria y vial, y beneficiar a más de 6700 vehículos que circulan por la zona a diario. Sin embargo, algunos residentes han expresado su preocupación por la pérdida de una plazoleta y el impacto ambiental que la obra podría generar en la zona.
Finalmente, en Villa Lugano, el quinto túnel en proceso de licitación se ubicará en la calle Larrazábal. Este paso bajo nivel, con dos carriles en un solo sentido, tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de los vecinos, facilitando la circulación y creando nuevos espacios de recreación y desarrollo comercial. No obstante, algunas organizaciones barriales han advertido sobre los problemas que la obra podría acarrear, como la eliminación de árboles y la modificación del hábitat cotidiano de los residentes.
A pesar de las críticas y preocupaciones planteadas por los vecinos, el gobierno porteño se mantiene firme en su decisión de avanzar con estos proyectos, convencido de que los beneficios a largo plazo, en términos de seguridad vial, reducción de accidentes y mejora en la calidad de vida de los vecinos, superan los posibles inconvenientes durante la ejecución de las obras. Como parte de este compromiso, se continuará con el diálogo abierto con la comunidad, para garantizar que las intervenciones se adapten de la mejor manera posible a las necesidades de los residentes de la Ciudad de Buenos Aires.