Luego de tres años de inactividad, el Cementerio de Flores reabrió parcialmente sus puertas, permitiendo nuevamente el acceso de familiares a uno de los sectores más emblemáticos del predio: el Gran Panteón. Esta reapertura parcial, que habilita la visita a 8.672 nichos, marca un hito emotivo para las más de 15.000 familias que aguardaban poder reencontrarse con sus seres queridos en un espacio seguro y refaccionado.
El cierre del lugar se remonta a febrero de 2021, cuando una tormenta severa provocó la caída de una claraboya y parte del techo del edificio principal del Panteón. Ante el riesgo estructural, las autoridades porteñas dispusieron el cierre inmediato del sector, lo que impidió durante más de tres años el acceso a 51.468 nichos distribuidos en la planta alta.
Con la finalización de la segunda etapa de las obras de restauración, se habilitó un nuevo sector del edificio, lo que amplió significativamente la capacidad de visitas. Esta fase se suma a la ya completada en septiembre pasado, que había permitido la reapertura de 6.937 nichos, consolidando así un plan de recuperación gradual que hoy permite a los vecinos transitar un duelo más acompañado y cercano.
“Esta reapertura refleja el compromiso que tenemos con la puesta en valor de los cementerios de la Ciudad. Seguiremos adelante con más obras en Flores para que vuelva a recibir a todos los vecinos que quieran reunirse con sus seres queridos en un lugar restaurado, seguro y digno”, expresó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, cartera responsable del mantenimiento de los cementerios de Flores, Chacarita y Recoleta.
🏗️ Un plan maestro para recuperar el Gran Panteón
El proyecto de recuperación del Cementerio de Flores se enmarca en un plan maestro de obras, ideado y ejecutado por la Subsecretaría de Gestión Comunal, dependiente del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana. Esta iniciativa contempla la intervención de 14.000 m² en total, distribuidos en tres etapas de trabajo, con el objetivo de restaurar completamente el Gran Panteón, tanto desde el punto de vista estructural como estético y funcional.
Las obras abarcan tareas de:
- Reemplazo completo de la losa deteriorada
- Refuerzo estructural y reducción del peso del techo
- Impermeabilización integral
- Restauración del sistema eléctrico y de iluminación
- Mejoras en seguridad y accesibilidad
Las dos primeras fases ya han sido completadas, cubriendo 8.900 m², es decir, el 72% del área total a intervenir. La fase 1 incluyó la recuperación de 4.800 m², mientras que la fase 2, recientemente finalizada, incorporó 4.100 m² adicionales. Resta aún la ejecución de la fase 3, que abarcará otros 4.100 m² del edificio.
Esta intervención es parte del compromiso de la Ciudad con el mantenimiento de los cementerios históricos como espacios patrimoniales y sociales, entendiendo que estos lugares no solo cumplen una función conmemorativa, sino que también son reflejo de la identidad colectiva y del respeto por las memorias individuales.
🌳 El cementerio como espacio de encuentro y memoria
Ubicado en el barrio de Flores, el cementerio es uno de los tres principales que administra la Ciudad de Buenos Aires. Aunque más discreto que Chacarita o Recoleta, el Cementerio de Flores posee una alta carga simbólica y emocional para cientos de familias, muchas de ellas de origen inmigrante, que eligieron este lugar como sitio final de descanso para sus seres queridos.
La reapertura del Gran Panteón después de tres años no es solo una cuestión de obras civiles; representa también la restitución de un derecho afectivo y simbólico: el de poder reencontrarse con la memoria en un entorno cuidado.
Durante el cierre, los familiares solo podían acceder a información de sus nichos a través de gestiones administrativas, sin poder ingresar físicamente al espacio. Esta situación generó preocupación, tristeza y, en muchos casos, la sensación de duelo inconcluso. El regreso de las visitas fue recibido con emoción y alivio por parte de los familiares, quienes ahora pueden volver a honrar a sus muertos en condiciones dignas.
🔍 Detalles técnicos de la obra
Las obras realizadas hasta ahora incluyeron múltiples intervenciones especializadas. El techo original presentaba un alto grado de deterioro, con filtraciones, desprendimientos y riesgo de colapso estructural. Por ello, las tareas no solo consistieron en reparar, sino en repensar integralmente la estructura para garantizar su seguridad a largo plazo.
En términos técnicos, se ejecutaron:
- Demolición controlada de la losa original
- Reducción de la sobrecarga estructural
- Construcción de nueva losa aligerada
- Impermeabilización con materiales modernos
- Sistemas de evacuación pluvial mejorados
- Colocación de nuevas instalaciones eléctricas
- Sistemas de ventilación natural y control térmico
Además, se realizaron tareas de limpieza patrimonial, puesta en valor de mármoles, restauración de puertas antiguas, vitrales y otros elementos decorativos que hacen del Gran Panteón un lugar de valor arquitectónico y cultural.
🕊️ Perspectivas y continuidad del proyecto
Con la habilitación de 8.672 nichos adicionales, la cantidad de familias que ahora pueden acceder a sus espacios de recuerdo asciende a 15.609. La Ciudad planea avanzar con la tercera y última etapa del plan durante los próximos meses, con el objetivo de recuperar por completo los 14.000 m² del Panteón y habilitar el total de los más de 51.000 nichos que fueron inhabilitados tras el colapso.
“Seguimos trabajando para que todos los vecinos puedan volver a reencontrarse con quienes descansan en este cementerio, que es parte de la historia viva de nuestra ciudad. Cada mejora, cada restauración, es una forma de devolverle dignidad al lugar y a quienes lo visitan”, señalaron desde la Subsecretaría de Gestión Comunal.
La reapertura parcial del Cementerio de Flores, tras un extenso proceso de restauración, es un paso significativo en términos de política pública urbana, respeto patrimonial y contención emocional. El plan de obras no solo responde a criterios técnicos, sino que se enmarca en una visión de ciudad que considera al espacio funerario como parte activa de la memoria colectiva.
La continuidad del proyecto dependerá del avance de las etapas restantes, pero con lo logrado hasta ahora, miles de porteños ya pueden volver a habitar el silencio, encender una vela, dejar una flor y hacer las paces con el pasado. Porque en cada visita se renueva el lazo, se honra la memoria y se construye una ciudad más consciente de su historia.