Este miércoles 22 de mayo de 2024, alrededor de las 13:30 horas, un incendio en un contenedor de residuos ubicado sobre la calle O’Higgins al 3100, entre Campos Salles y Guayra, en pleno barrio de Núñez, motivó la inmediata intervención de los Bomberos de la Ciudad. Gracias a su rápida acción, el fuego fue contenido en cuestión de minutos utilizando una línea de agua de 38 milímetros, evitando que se propagara a vehículos estacionados o estructuras cercanas.

El siniestro se produjo en una zona residencial de la Comuna 13, muy próxima a establecimientos educativos, espacios verdes y comercios barriales. Aunque no se reportaron heridos ni daños materiales significativos fuera del contenedor afectado, el episodio generó preocupación entre los vecinos por el humo y el riesgo potencial para las viviendas próximas. Como medida preventiva, la Policía de la Ciudad interrumpió el tránsito en toda la cuadra de O’Higgins, permitiendo que los bomberos trabajaran sin obstrucciones.

Hasta el momento, no se han determinado con certeza las causas del fuego. Tampoco se descarta que el incidente haya sido producto de una acción intencional, ya que durante los últimos meses se han registrado hechos similares en distintos puntos de la ciudad, en los que contenedores fueron incendiados de manera deliberada, generando tanto costos económicos como inconvenientes logísticos.

¿Qué riesgos representa el incendio de un contenedor?

Aunque pueda parecer un incidente menor, los incendios en contenedores pueden resultar altamente peligrosos. Estos recipientes, fabricados generalmente en plástico de alta resistencia o metal, están expuestos a la acumulación de materiales inflamables como papel, cartón, restos de poda, envases plásticos, aerosoles o incluso productos químicos domésticos, lo que facilita la expansión del fuego. En barrios con construcciones bajas y calles angostas como Núñez, un incendio mal controlado puede tener consecuencias graves.

Asimismo, el humo generado por la combustión de residuos contiene sustancias tóxicas que pueden afectar a personas con enfermedades respiratorias, como asma o EPOC. En esta ocasión, el foco ígneo fue contenido a tiempo, sin que se produjeran inconvenientes mayores.

La respuesta de los Bomberos de la Ciudad

Los Bomberos de la Ciudad llegaron rápidamente tras una llamada realizada por un vecino al número de emergencias 911. Según fuentes oficiales, el equipo desplegó un procedimiento estándar para este tipo de siniestros, incluyendo la verificación de que no hubiera peligro para transeúntes ni propagación a otras zonas.

El cuerpo de bomberos que intervino pertenece al Cuartel de Belgrano, uno de los más activos de la zona norte. En lo que va del año, esta unidad ha tenido que acudir a decenas de intervenciones vinculadas con principios de incendio, rescates domiciliarios, fugas de gas e incidentes en la vía pública. Su labor, en este caso, fue eficiente y fundamental para mitigar riesgos mayores.

Un problema recurrente en la Ciudad

Los incendios en contenedores no son un fenómeno aislado. De acuerdo con datos de la Secretaría de Higiene Urbana, en lo que va de 2024 ya se han registrado más de 300 siniestros similares en distintos barrios porteños. Las comunas más afectadas han sido la Comuna 1 (San Telmo, Monserrat), Comuna 4 (La Boca, Barracas) y Comuna 13 (Núñez, Belgrano, Colegiales).

El costo de reponer un contenedor destruido supera los 700 mil pesos por unidad, lo que representa un importante gasto para las arcas públicas. A esto se suman las tareas de limpieza, inspección, y en algunos casos, la reparación del pavimento o de mobiliario urbano.

Además del perjuicio económico, este tipo de actos impacta negativamente en la limpieza de la ciudad. Durante el tiempo que un contenedor está fuera de servicio, los vecinos deben recurrir a otros puntos de recolección, lo cual puede generar acumulación de residuos, malos olores y plagas.

Gestión de residuos y seguridad preventiva

El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana viene trabajando en una campaña para concientizar sobre el uso responsable de los contenedores, recordando que está prohibido arrojar brasas calientes, líquidos inflamables, productos electrónicos o materiales punzantes. También se están evaluando medidas tecnológicas como la instalación de sensores térmicos o cámaras de vigilancia en zonas con mayor índice de vandalismo.

Por su parte, desde el Gobierno de la Ciudad se promueve un enfoque preventivo. En los últimos meses, se ha intensificado la presencia de patrullas urbanas y cámaras del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) para vigilar posibles focos de conflicto.

En paralelo, organizaciones vecinales y asociaciones barriales están promoviendo mesas de diálogo con representantes del Ministerio de Seguridad para coordinar alertas comunitarias ante situaciones sospechosas.

La palabra de los vecinos

Consultados por medios locales, varios residentes de la zona expresaron su inquietud por lo ocurrido. “Es la segunda vez en el año que pasa algo similar en esta cuadra. La vez anterior fue un fuego menor, pero esta vez fue bastante más grande y el humo nos preocupó”, relató Mariana, una vecina que vive frente al contenedor siniestrado.

Otro residente, Joaquín, comentó: “Sería bueno que haya más recorridas policiales. Los contenedores son muy útiles, pero también vulnerables. Con un encendedor y un poco de papel cualquiera puede provocar un desastre”.

Un llamado a la responsabilidad ciudadana

Las autoridades insisten en que más allá de las medidas institucionales, es clave que los vecinos se comprometan con el cuidado del espacio público. Ante cualquier comportamiento sospechoso o incidente, se recomienda llamar de inmediato al 911. También se pueden hacer denuncias anónimas a través del sistema Boti, el chatbot de la Ciudad, que canaliza reclamos y reportes de forma directa.

El episodio ocurrido este 22 de mayo en Núñez vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de fortalecer la cultura de la prevención, mejorar la vigilancia barrial y, sobre todo, fomentar la participación ciudadana como aliada de la seguridad urbana. Evitar este tipo de incidentes no solo ahorra dinero, sino que preserva la tranquilidad de nuestros barrios.

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