En el transcurso de abril de 2024, la Comuna 12 de la Ciudad de Buenos Aires —que abarca barrios como Villa Urquiza, Villa del Parque, Devoto, Coghlan y sus alrededores— se vio sacudida por una serie de robos domiciliarios que han encendido las alarmas entre los vecinos. Estos sucesos no solo generaron preocupación por la reiteración de hechos en menos de un mes, sino que también pusieron de manifiesto la necesidad de revisar y reforzar las políticas de prevención en la zona. A continuación, ofrecemos un informe ampliado con mayor profundidad sobre lo ocurrido y sus implicancias:


1. Primer incidente: intento de hurto en un patio de Villa Urquiza (5 de abril)

El viernes 5 de abril, alrededor de las 16:00 horas, un hombre de mediana edad ingresó al patio de una casa situada en Pedro Rivera al 3900, en el barrio de Villa Urquiza. Su objetivo parecía ser el robo de una bicicleta que se encontraba estacionada en el espacio exterior. No obstante, el plan fracasó al ser descubierto por la propietaria, quien, tras escuchar ruidos, se asomó a su patio y dio un grito de advertencia, lo que desalentó al intruso a continuar.

Tras abandonar el lugar de manera precipitada, el delincuente huyó a pie, pero fue rápidamente localizado y detenido por efectivos de la Comisaría Vecinal 13 B, en las inmediaciones de la estación de tren Coghlan. Durante su detención, se le incautaron una navaja, un cúter y otros elementos que podrían haber sido utilizados para cometer ilícitos similares.

El hombre presentaba una contusión leve en el rostro y, por ello, fue derivado al Hospital Pirovano con custodia policial. Allí se le brindó asistencia médica antes de quedar formalmente a disposición de la justicia para ser imputado por tentativa de robo e infracción al uso de armas blancas.


2. Ciberrobo de portero eléctrico en Villa Devoto (10 de abril)

Menos de una semana después, el miércoles 10 de abril, se descubrió otro hecho delictivo, esta vez en un edificio ubicado en Pedro Rivera al 4900, en Villa Devoto. Un delincuente logró sustraer por completo la carcasa de bronce de un portero eléctrico, desplazando la pieza con sigilo e intentando pasar desapercibido en el interior del inmueble.

Gracias a la rápida denuncia de un vecino que observó movimientos sospechosos y alertó inmediatamente al 911, la policía pudo interceptar al hombre en Av. Monroe al 5200. Durante el control, se constató que el detenido registraba un pedido de captura activo, ya que se encontraba prófugo tras haber sido declarado en rebeldía en una causa anterior. Esta situación agravó su situación judicial, ya que no solo se lo investigó por este nuevo ilícito, sino también por su condición de prófugo.


3. Noche de allanamiento en Villa del Parque (24 de abril)

La última de las tres intervenciones se desarrolló en la madrugada del miércoles 24 de abril. Un residente de Zapiola al 4200 reportó al 911 que un individuo estaba escalando un muro para ingresar a su propiedad, presumiblemente con intenciones de robo. La policía llegó en cuestión de minutos y logró detener al sospechoso al interior de la vivienda, antes de que lograra sustraer objetos de valor.

El hombre fue trasladado a la comisaría local y puesto a disposición de la justicia. Las autoridades confirmaron que este procedimiento evitó un robo en proceso y que se encuentran investigando si este sujeto está vinculado a otros ilícitos en la zona.


Perfil de los hechos: similitudes y diferencias

Aunque cada uno de estos incidentes presenta particularidades, comparten varios elementos que permiten identificar patrones y riesgos comunes:

  1. Horario y modus operandi
    En todos los eventos, los robos tuvieron lugar fuera del horario escolar y laboral (tarde, noche o madrugada), momentos en los que normalmente no hay residentes dentro de las viviendas. En dos de los acontecimientos (5 y 24 de abril), los autores accedieron trepando muros o ingresando por el patio. En el caso del martes 10, el edificio fue objeto de un robo más discreto: el desmontaje de una parte metálica sin ingresar al interior, pero con el riesgo de rupturas en fachadas o cámaras.
  2. Reacción rápida de la comunidad
    En cada uno de los casos, un vecino actuó como factor decisivo al alertar a las autoridades mediante el 911 o contactos directos, lo que facilitó las detenciones. Esto demuestra el valor de la comunidad organizada y su rol preventivo.
  3. Intervención policial eficiente
    En los tres casos, la comisaría local respondió eficientemente. Sin embargo, la comunidad sostiene que estos hechos reflejan un nivel de inseguridad creciente que exige más acciones, más allá de la respuesta puntual ante cada denuncia.

Testimonios que ponen voz a los barrios

Hablar con los vecinos permite entender mejor el impacto emocional y cotidiano que estos sucesos generan. A continuación, algunos testimonios que ilustran la sensación compartida:

  • “Sentí mucha impotencia —cuenta María, vecina de Coghlan—. Me sacudió el haber descubierto a alguien dentro de mi patio. Menos mal que mi grito asustó al ladrón. Pero el día que no estemos alerta, podrían llevarse algo valioso”.
  • “En mi edificio hubo otro hecho similar hace poco —se lamenta Jorge, residente en Villa Devoto—. Te roban la estructura del portero… no solo sufren el daño, sino la inseguridad emocional. No es lo mismo que te falte una tablet a que te vacíen la puerta del intercomunicador”.
  • “No se trata solo de que metan miedo —explica Ana, de Villa del Parque—: si mañana entran con violencia, podemos sufrir consecuencias graves. Necesitamos medidas concretas”.

Demandas vecinales: qué reclaman los residentes

Estos nuevos episodios han despertado un fuerte reclamo en los barrios afectados. Los vecinos han elevado varias propuestas para reforzar la prevención:

  1. Presencia policial constante
    Solicitan patrullajes frecuentes, especialmente entre las 20 y 6 horas, tanto en autos y motos como con caminantes, para disuadir posibles intentos de entrada nocturna.
  2. Iluminación pública mejorada
    Piden fortalecer la iluminación en zonas aledañas a viviendas, barrios con veredas estrechas y pasajes, donde la oscuridad facilita la acción delictiva.
  3. Cámaras con monitoreo 24/7
    Consideran clave colocar más cámaras en puntos estratégicos (ingresos, pasajes, veredas) junto a cartelería visible que sirva como disuasión.
  4. Programas de vecinos vigilantes
    Solicitan líneas telefónicas directas con la comisaría y el uso de sistemas de alerta vecinal, para organizar respuestas más rápidas sin dependencia exclusiva del 911.
  5. Charlas de prevención domiciliaria
    Piden al Gobierno porteño y la Policía que realicen talleres en sus barrios sobre cómo reforzar cerramientos, portones, alarmas, luces y proteger bienes en espacios abiertos como patios.

Acciones concretas del GCBA y la Comisaría 13 B

Desde la Comisaría Vecinal 13 B se indicó que actualmente están en curso investigaciones sobre los tres hechos, colocando a los detenidos bajo custodia y a la espera de instancias judiciales. Además, se comprometieron a reforzar el patrullaje en vías principales y zonas residenciales, especialmente en los horarios donde ocurren los hurtos.

Paralelamente, el Gobierno de la Ciudad informó que ha comenzado a instalar nuevos “Puntos Seguros”, módulos que permiten una comunicación rápida con el sistema 911 y cuentan con botones antipánico. Ya se han colocado algunos en plazas, escuelas y espacios públicos cercanos. La próxima etapa incluye expandir los dispositivos a zonas residenciales de la Comuna 12.


Efectos sobre la convivencia: una mirada más amplia

La reiteración de estos hechos ha generado una sensación de angustia y desconfianza entre quienes viven en barrios donde lo cotidiano y lo relajado conviven con el miedo al ingreso ajeno. Esta situación tiene efectos:

  • Psicológicos: aparece un clima de vigilancia excesiva en hogares, miedo a salir, intranquilidad por si alguien observa las rutinas familiares.
  • Sociales: se da una rebelión silenciosa en redes y grupos de WhatsApp, donde se comparten fotos de sospechosos, planes de patrullaje propio, críticas al sistema judicial o policial.
  • Económicos: los vecinos invierten en alarmas, rejas, cámaras o seguros, generando presión sobre el bolsillo y la sensación de que sin recursos no hay seguridad real.

¿Qué sigue? Próximos pasos y desafíos

La comunidad de la Comuna 12 enfrenta un desafío doble: por un lado, contener el avance del delito mediante operaciones policiales y tecnología; por el otro, crear consenso social para mantener el equilibrio intercultural entre protección vecinal y derecho a la privacidad.

A corto plazo, lo urgente es:

  • Implementar patrullajes reforzados en áreas vulnerables.
  • Lograr una estrategia de prevención activa: cámaras, iluminación eficiente, mensajes educativos.

A mediano plazo, el foco recae en:

  • Consolidar un sistema de alerta vecinal respaldado por la policía.
  • Fomentar conciencia ciudadana sobre hábitos protectores: cerrar portones, flechas de iluminación, alertas de rutina.

A largo plazo, el objetivo será:

  • Institucionalizar la colaboración entre comisarías y vecinos.
  • Incorporar tecnología: cámaras con lectura de patentes o apps vecinales.
  • Priorización de zonas residenciales estratégicas en la planificación urbana.

Hacia una convivencia más segura

Los hechos sucedidos en los barrios que integran la Comuna 12 durante abril de 2024 sirven de alerta frente a una escalada de delitos residenciales. Sin embargo, el rápido accionar de la comunidad y de la policía demuestra que existe capacidad de respuesta e identidad vecinal para revertir el panorama.

La seguridad no es responsabilidad exclusiva del Estado ni de los vecinos, sino un esfuerzo compartido. Solo combinando patrullaje efectivo, tecnología preventiva, iluminación adecuada y organización barrial se logrará construir un entorno democrático, solidario y confiable para vivir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *