En un lapso de apenas 48 horas, dos siniestros viales tuvieron como protagonistas a vehículos de transporte público tipo taxi, lo cual generó alarma entre vecinos y transeúntes, y volvió a poner sobre la mesa la importancia de la seguridad vial en el ámbito urbano. Ambos incidentes se produjeron en importantes arterias de la Ciudad de Buenos Aires, dejando como saldo varios heridos y daños materiales significativos.
El primer accidente tuvo lugar durante la jornada del domingo 21 de enero de 2024, en la intersección de la avenida Cabildo y la calle Monroe, en pleno corazón del barrio de Belgrano. Según relataron testigos y se puede observar en la imagen enviada por un vecino –que acompaña esta crónica–, un taxi sufrió un fuerte impacto frontal contra un poste del mobiliario urbano. La parte delantera del vehículo quedó visiblemente dañada, producto del choque. A pesar de lo aparatoso del hecho, no se registraron heridos de gravedad, aunque las circunstancias del impacto aún no fueron completamente esclarecidas. Las autoridades de tránsito acudieron al lugar para ordenar el flujo vehicular y realizar los peritajes correspondientes. En principio, se investiga si el conductor perdió el control del vehículo por alguna falla mecánica o por una distracción.
El segundo episodio fue de mayor complejidad y gravedad, y se produjo durante la madrugada del lunes 22 de enero, en Avenida Del Libertador al 5700, a escasos metros de la calle La Pampa. Este accidente involucró a tres vehículos: un Volkswagen Sirocco en el que se desplazaban tres hombres; un Toyota Corolla con una pareja a bordo; y un taxi modelo Volkswagen Surán, ocupado por el chofer y un acompañante.
De acuerdo con las primeras versiones recogidas en el lugar de los hechos, el siniestro comenzó cuando el Volkswagen Sirocco, por causas que aún se investigan, colisionó violentamente contra el Toyota Corolla. A raíz de ese impacto, el Corolla fue desplazado hacia adelante y terminó golpeando al taxi, que circulaba en sentido contrario. Como resultado de esta cadena de colisiones, el taxi perdió el control, cruzó de carril y terminó incrustado dentro de una sucursal bancaria ubicada sobre Avenida del Libertador. El vehículo atravesó por completo la vereda y rompió la vidriera del banco, causando gran preocupación entre los vecinos que residen en la zona.
Las imágenes del lugar del accidente, que rápidamente circularon por redes sociales y medios de comunicación locales, muestran la gravedad del incidente: el taxi quedó parcialmente dentro de las instalaciones del banco, con severos daños en su estructura. Bomberos, personal policial y unidades del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) acudieron rápidamente al sitio para asistir a los heridos y asegurar el área.
En total, cuatro personas resultaron con politraumatismos de diversa consideración. Un hombre de 58 años y otro de 34 fueron trasladados al Hospital Pirovano para recibir atención médica, mientras que una mujer de 52 y un joven de 28 fueron derivados al Hospital Fernández. Los profesionales del SAME confirmaron que ninguno de los afectados presentaba lesiones que comprometieran su vida, aunque todos quedaron en observación por la naturaleza del impacto y los síntomas presentados.
Una vez concluidas las tareas de asistencia, y tras la finalización de las pericias técnicas llevadas adelante por personal especializado, el taxi fue removido del interior de la sucursal bancaria. Las autoridades decidieron ubicar temporalmente el vehículo sobre uno de los carriles de la Avenida del Libertador, lo que provocó demoras en el tránsito matutino del lunes. Personal de tránsito debió intervenir para ordenar la circulación en una zona que suele presentar una alta densidad vehicular, especialmente en horarios pico.
La fiscalía de turno ordenó inmediatamente la realización de pruebas de alcoholemia a los conductores implicados, especialmente al del Volkswagen Sirocco, dado que su accionar fue el que habría desencadenado el múltiple choque. Los resultados de los exámenes fueron negativos, es decir, no se detectó presencia de alcohol en sangre en el conductor del Sirocco. Sin embargo, la investigación continúa abierta y se están revisando imágenes de cámaras de seguridad de la zona para reconstruir con mayor precisión la secuencia de los hechos.
Vecinos de la zona expresaron su preocupación por la velocidad a la que suelen circular algunos vehículos sobre la Avenida del Libertador, especialmente durante la noche y la madrugada, cuando el tránsito es menos intenso. También se renovaron los reclamos por una mayor presencia de controles viales y la instalación de medidas que contribuyan a reducir la velocidad en tramos considerados peligrosos.
Estos dos episodios, con pocas horas de diferencia entre uno y otro, vuelven a poner en evidencia los riesgos latentes que existen en las calles de la ciudad, donde la combinación de velocidad, imprudencia o descuidos puede tener consecuencias graves. El hecho de que ambos siniestros hayan involucrado a taxis también genera inquietud en torno a las condiciones de trabajo de los conductores profesionales, las exigencias a las que están expuestos y el estado de mantenimiento de los vehículos.
La comunidad porteña exige respuestas concretas. Algunos especialistas en seguridad vial han propuesto reforzar la capacitación de conductores profesionales y avanzar con una mayor fiscalización de las condiciones mecánicas de los taxis y remises que circulan por la ciudad. Asimismo, se ha planteado la posibilidad de incluir tecnología adicional en los vehículos de transporte público para prevenir siniestros y mejorar la reacción ante situaciones de riesgo.
En tanto, las autoridades del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aún no se han pronunciado oficialmente sobre estos casos, pero se espera que en los próximos días se den a conocer las conclusiones preliminares de la investigación y, posiblemente, nuevas medidas preventivas que busquen evitar la repetición de incidentes similares.
Ambos accidentes constituyen un llamado de atención. La seguridad vial es una responsabilidad compartida entre conductores, peatones, autoridades y empresas de transporte. La prevención, el respeto por las normas de tránsito y una infraestructura urbana adecuada son pilares fundamentales para reducir el número de accidentes y proteger la vida de todos los ciudadanos.