Después de una larga espera que superó los dos años, finalmente el emblemático puente ubicado en la prolongación de la calle Ciudad de La Paz, que conecta los barrios porteños de Colegiales y Palermo, volvió a estar operativo. La reapertura parcial, concretada el 31 de marzo de 2025, representó un alivio para vecinos y conductores, especialmente en una zona donde la circulación se había vuelto compleja y desorganizada debido a la falta de esta vía directa.
Este paso elevado, que atraviesa las vías del ramal José León Suárez–Mitre de la línea ferroviaria Mitre, tiene una extensión de 52 metros y posee una importante carga histórica y urbana. Construido originalmente en 1917, fue concebido para permitir el paso de tranvías, el transporte más moderno de la época. Décadas más tarde, tras la desaparición de ese sistema de movilidad en los años 60, la infraestructura fue reacondicionada para el tránsito vehicular liviano y peatonal.
🕰️ Un puente con historia, identidad y múltiples transformaciones
Este cruce aéreo no solo funcionó como nexo entre dos barrios, sino que también fue símbolo de una etapa en la que Buenos Aires expandía su red de transporte público. Con el paso del tiempo, sin embargo, el puente fue deteriorándose progresivamente. Los efectos del uso constante, la falta de mantenimiento profundo y las inclemencias climáticas contribuyeron al deterioro estructural: surgieron grietas, baches peligrosos, desgaste en el asfalto y fallas en las bases. Finalmente, un incendio agravó el panorama, comprometiendo seriamente su estabilidad.
No fue la primera vez que la estructura fue cerrada por obras. En julio de 1999, el puente fue clausurado para ser sometido a una refacción que se anunció como urgente. Se había proyectado su reapertura para enero del año 2000, pero los trabajos fueron demorados indefinidamente. Durante ese período de inactividad, el puente no solo perdió su funcionalidad urbana, sino que también se transformó en un punto de inseguridad, generando malestar entre los vecinos de la zona.
Recién en diciembre de 2000, se logró la rehabilitación del paso, aunque las soluciones aplicadas no fueron del todo duraderas.
🔧 Una nueva etapa de renovación profunda
En enero de 2023, el Gobierno de la Ciudad anunció un nuevo cierre total del puente con el objetivo de llevar adelante una regeneración estructural integral. El plan contemplaba una obra completa de renovación que incluyera:
- El desmontaje del pavimento existente (asfáltico y de hormigón armado), para reducir la carga total sobre la estructura original.
- La incorporación de una estructura independiente, que permitiera absorber y distribuir adecuadamente el tránsito liviano sin afectar los cimientos.
- El repintado completo de la estructura metálica, respetando su color original para conservar su valor patrimonial.
A pesar de que en el anuncio oficial se había establecido un plazo de 12 meses para la finalización de los trabajos, lo cierto es que dicho cronograma no se cumplió. Ya transcurridos más de dos años desde el inicio de las tareas, la obra se había convertido en una promesa postergada, alimentando la inquietud y el escepticismo de los residentes. Varios vecinos expresaron su desconfianza al no observar durante meses la presencia constante de obreros o avances visibles.
🏗️ ¿Qué causó las demoras?
Una de las principales razones detrás del atraso fue la falta de autorizaciones clave por parte de organismos vinculados al sistema ferroviario nacional. El proyecto de refacción necesitaba la aprobación de:
- SOFSE (Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado), responsable de la operación de los servicios de trenes de pasajeros.
- CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte), entidad que regula y fiscaliza la seguridad del sistema ferroviario y otros modos de transporte.
Aunque la SOFSE habría dado el visto bueno al proyecto en 2024, la aprobación definitiva de la CNRT tardó más de lo esperado, obstaculizando el comienzo de obras críticas.
Esta dilación administrativa fue uno de los factores determinantes para que la obra se paralizara parcialmente durante meses, generando no solo frustración en la ciudadanía, sino también trastornos en la movilidad urbana.
🚗 Reapertura parcial: qué se habilitó en marzo de 2025
A pesar de todas las complicaciones, en marzo de 2025 se logró habilitar nuevamente el paso del puente para vehículos livianos, motos y peatones, aunque con restricciones: se colocaron limitadores de altura en los extremos para evitar el cruce de camiones o colectivos, resguardando así la integridad de la estructura hasta tanto se complete su refuerzo definitivo.
Esta decisión fue celebrada por muchos vecinos y automovilistas que habían perdido un cruce clave entre Palermo, Belgrano y Colegiales. Durante el cierre, el tránsito se había desviado hacia calles más angostas como Maure, Zabala o Santos Dumont, generando cuellos de botella y embotellamientos frecuentes, especialmente en horarios pico.
Con la reapertura, aunque parcial, la circulación comenzó a normalizarse, y la zona recuperó parte de su vitalidad urbana.
🧱 Lo que viene: un nuevo puente en proyecto
Simultáneamente con la reapertura, el Gobierno de la Ciudad dio a conocer que ya se encuentra en desarrollo un proyecto para construir un puente completamente nuevo, que reemplazará al actual a mediano plazo. La obra estará a cargo del Ministerio de Infraestructura porteño y contará con la participación de Autopistas Urbanas S.A. (AUSA).
El diseño del nuevo puente contempla:
- Dos carriles para tránsito vehicular en ambos sentidos.
- Senderos peatonales más amplios y seguros.
- Carriles exclusivos para bicicletas.
- Mayor resistencia estructural, lo que permitirá el paso de vehículos de mayor porte sin comprometer la seguridad.
Se prevé que la obra de este nuevo paso comience a fines de 2025 o comienzos de 2026, aunque todavía no hay una fecha de licitación confirmada. Este desarrollo buscará resolver de manera definitiva las limitaciones estructurales del puente actual, aportando una solución más moderna y duradera.
🗣️ El testimonio de los vecinos
Durante los más de 24 meses que el puente estuvo cerrado, las voces de los vecinos fueron claras y constantes. La mayoría coincidía en que el puente no solo era funcional, sino que tenía un valor simbólico y emocional para el barrio. Al unir dos zonas vibrantes de la ciudad, permitía que personas de distintos barrios se encontraran, se desplazaran y accedieran a servicios con mayor facilidad.
“Este puente no es solo de hierro y cemento, es parte de nuestra historia barrial. El tiempo que estuvo cerrado fue como tener una herida abierta entre Palermo y Colegiales”, expresó Marta R., una vecina que vive a pocas cuadras del lugar desde hace más de 40 años.