Este miércoles, el barrio de La Boca vivió un acto significativo con la inauguración de nuevas esculturas en el emblemático paseo de Caminito. La intervención fue organizada por el área de restauración y conservación del Museo Benito Quinquela Martín (MBQM), y se destacó por la exposición de las restauraciones realizadas a lo largo del año, con un particular enfoque en la recuperación y puesta en valor de una de las obras más icónicas del barrio.
El evento culminó con la colocación del calco de “El Estibador”, una escultura original de Pascual Guisasola Contell, cuya pieza anterior fue destruida por un acto vandálico en 1989. La escultura, que formaba parte integral del paisaje de Caminito desde su creación, ahora vuelve a ocupar su lugar, gracias al meticuloso trabajo realizado por los profesionales del MBQM. Este calco, realizado sobre la base de la escultura original, forma parte de un esfuerzo por restaurar y preservar el patrimonio cultural de La Boca, que sigue siendo un ícono de la identidad porteña.
El “Estibador” de Guisasola Contell es una obra representativa de la vida cotidiana del barrio, que con su potente simbolismo rinde homenaje a la figura del trabajador del puerto, tan característica de la historia de La Boca. La escultura original fue destruida en 1989 debido a un acto de vandalismo, pero el calco restaurado devuelve a la zona uno de sus símbolos más queridos. Con esta restauración, no solo se recupera una obra artística, sino que también se reafirma el compromiso de mantener viva la memoria de los trabajadores y de la cultura barrial.
Museo Benito Quinquela Martín: Un Pilar Cultural de La Boca
El Museo Benito Quinquela Martín es el principal custodio del legado cultural de La Boca y uno de los centros más importantes para el arte argentino. Fundado por el propio Quinquela Martín, quien fue uno de los artistas más representativos del barrio, el museo alberga una valiosa colección de obras de arte. Entre ellas se incluyen los famosos óleos y aguafuertes creados por Quinquela Martín entre 1922 y 1967, así como también obras de otros artistas relacionados con las corrientes figurativas del arte argentino a partir del siglo XIX.
Una de las particularidades de la colección del museo es su exhibición de mascarones de proa, piezas realizadas por artesanos anónimos utilizando técnicas transmitidas de manera oral. Estas creaciones son un reflejo de la rica tradición artesanal vinculada al mar y a la navegación, tan presentes en la historia de La Boca.
Además de sus valiosas colecciones, la terraza del museo alberga una serie de esculturas figurativas de artistas argentinos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Estas obras, que se encuentran en el espacio exterior del museo, no solo representan una contribución al arte local, sino que también constituyen un testimonio tangible del fervor cultural que caracteriza a la comunidad boquense.
Un Legado Donado por Quinquela Martín
El museo fue donado por el propio Benito Quinquela Martín a su querido barrio con la intención de crear un polo cultural, educativo y sanitario en la zona. La visión de Quinquela Martín fue siempre la de integrar el arte, la educación y el bienestar social, de modo que el museo no solo funcionara como un centro artístico, sino también como un lugar de aprendizaje y reflexión para los habitantes de La Boca.
Quinquela Martín, nacido y criado en el barrio, siempre tuvo un profundo sentido de pertenencia hacia La Boca, y por ello decidió devolver a su comunidad algo de lo que él mismo había recibido. Con la creación de este museo, buscó no solo preservar la historia del barrio, sino también crear un espacio de inclusión y educación para las generaciones futuras.
La Boca: Un Barrio que Vive el Arte
La inauguración de las nuevas esculturas en Caminito es una muestra más del compromiso de la comunidad y el gobierno con la preservación del patrimonio cultural y artístico de La Boca. Este barrio, que ha sido históricamente un crisol de culturas, sigue siendo un lugar vibrante donde el arte y la historia se entrelazan, y donde cada rincón cuenta una historia de trabajo, sacrificio y creatividad.
La restauración de obras como “El Estibador” y la continua valorización de Caminito como un museo al aire libre refuerzan la importancia de La Boca como un referente cultural no solo para la ciudad de Buenos Aires, sino para todo el país. Este tipo de intervenciones no solo buscan recuperar obras de gran valor artístico, sino también rendir homenaje a las tradiciones, los oficios y la identidad de una de las comunidades más representativas de la ciudad.
Con esta inauguración, el barrio de La Boca se reafirma como un espacio vivo y dinámico, en constante evolución y profundamente ligado a su historia y cultura.