Un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo porteña ha puesto en evidencia una alarmante situación en los hoteles y pensiones familiares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Según el estudio, casi la mitad de estos establecimientos presentan condiciones de hacinamiento y precariedad estructural, con una alta cantidad de personas viviendo en condiciones deplorables, sobre todo en aquellos lugares destinados a la población más vulnerable. Además, el informe señala que muchos de estos establecimientos presentan graves deficiencias de seguridad y habitabilidad, lo que agrava aún más la situación de los residentes.

La investigación, realizada entre noviembre de 2022 y julio de 2023, fue coordinada por Alejandro Lorences, director de Vivienda y Hábitat de la Defensoría, y se centró en la necesidad de conocer las condiciones de vida de las personas que residen en estos hoteles y pensiones. Según se detalla en el informe, la creciente demanda de alojamiento en estos lugares se debe a la escasez de opciones habitacionales accesibles en la ciudad, agravada por la dolarización del mercado inmobiliario y la falta de políticas públicas efectivas para garantizar el acceso a la vivienda.

Precariedad Habitacional en el Corazón de la Ciudad

El estudio incluyó una muestra de 91 establecimientos distribuidos principalmente en las comunas 1 y 3, áreas de la ciudad conocidas por concentrar una gran cantidad de hoteles y pensiones familiares. Estos lugares alojan mayoritariamente a personas de sectores vulnerables, muchas de ellas en situación de pobreza extrema o en condición de vivienda transitoria, como migrantes, personas en situación de calle, o trabajadores informales.

Los datos revelados en el informe indican que, de los 91 establecimientos analizados, un 45% presenta condiciones de hacinamiento. Este porcentaje está dividido entre aquellos con un “hacinamiento no crítico” (27%), que incluye a dos o tres personas por habitación, y los de “hacinamiento crítico” (18%), donde más de tres personas deben compartir una sola habitación. Este tipo de hacinamiento está particularmente presente en los hoteles de menor tamaño, que no solo duplican el número de personas por habitación, sino que también carecen de las mínimas condiciones de privacidad y comodidad.

La falta de espacio adecuado para vivir y el hacinamiento en los hoteles y pensiones es solo una parte del problema. Según las estadísticas del último censo nacional, alrededor de 38.000 personas residen en estos establecimientos de la ciudad, pero si se incluyen los inquilinatos y conventillos, la cifra asciende a más de 80.000 personas. Estos lugares, a menudo, sirven como refugios temporales para quienes no pueden costear los costos de la vivienda formal, y la situación se agrava aún más con los elevados costos de los alquileres y la creciente falta de acceso a la vivienda digna.

Condiciones de Habitabilidad y Seguridad Deficientes

El informe también detalló que, además del hacinamiento, los hoteles y pensiones familiares presentan una serie de deficiencias estructurales que comprometen la salud y seguridad de sus residentes. En cuanto a las condiciones edilicias, el 46% de los establecimientos presenta problemas de humedad, el 38% tiene rajaduras o caídas de mampostería, y en el 28% de los casos las condiciones de iluminación y ventilación son inadecuadas. Asimismo, el 26% de los lugares relevados reporta filtraciones de agua, lo que agrava aún más la situación en tiempos de lluvias.

En lo que respecta a seguridad, la situación es igualmente alarmante. El 55% de los establecimientos no tiene tableros eléctricos debidamente identificados o en condiciones adecuadas, lo que aumenta el riesgo de incendios y accidentes eléctricos. Además, el 43% de los hoteles carece de protecciones en balcones, mientras que el 53% no tiene ventanas protegidas adecuadamente, lo que eleva el riesgo de caídas desde alturas.

Causas de la Demanda Creciente y la Falta de Vivienda Digna

El informe también señala que el aumento de la demanda en estos establecimientos está relacionado con el creciente déficit habitacional en la ciudad. La escasez de viviendas accesibles y la dolarización del mercado inmobiliario han restringido el acceso de los sectores más vulnerables a viviendas adecuadas y dignas. Esta situación ha provocado que cada vez más personas busquen alojamiento en pensiones y hoteles, donde las condiciones de vida son precarias y, en muchos casos, insalubres.

La falta de políticas públicas eficaces para resolver el problema de la vivienda en Buenos Aires es una de las principales causas que agravan la situación. Según la Defensoría del Pueblo, el gobierno de la Ciudad tiene la obligación de implementar medidas sociales que busquen aliviar el déficit habitacional, especialmente en un contexto en el que los sectores más vulnerables dependen de estos lugares precarios para encontrar refugio.

Impacto Social y Condiciones de Vida

Las personas que viven en estos establecimientos presentan, además, una serie de condiciones sociales y económicas adversas. Muchos de los residentes tienen elevados niveles de desempleo e inactividad laboral, lo que dificulta aún más su acceso a mejores oportunidades de vida. Además, la mayoría carece de obra social o plan de salud privado, y deben recurrir a la red pública de hospitales para recibir atención médica. Esto, junto con un menor nivel de educación formal y una menor tasa de escolarización de los niños, refleja la exclusión social que enfrentan quienes residen en estos lugares.

El informe destaca también que las condiciones de vida precarias en las que viven los residentes de los hoteles y pensiones familiares generan un círculo vicioso de pobreza y marginalidad. Sin una intervención adecuada, es difícil para estas personas mejorar su calidad de vida y acceder a una vivienda digna. Los sectores más vulnerables, que viven en situación de hacinamiento y precariedad, son los que enfrentan mayores dificultades para acceder a la educación, la salud y el empleo, lo que perpetúa su situación de pobreza estructural.

Recomendaciones de la Defensoría del Pueblo

La Defensoría del Pueblo porteña concluye su informe advirtiendo que la ciudad necesita con urgencia políticas públicas más inclusivas que promuevan el acceso a la vivienda para los sectores más vulnerables. La creación de nuevas políticas habitacionales, junto con la regularización y mejoramiento de los establecimientos existentes, son pasos necesarios para mejorar las condiciones de vida de las personas que se encuentran en situación de hacinamiento y precariedad.

Asimismo, se destaca la importancia de desarrollar planes de vivienda social y subsidios habitacionales que aseguren un acceso real a una vivienda digna para las personas en situación de vulnerabilidad. El informe también recalca la necesidad de una mejor regulación de los alquileres y la implementación de medidas de protección de los derechos de los inquilinos en un mercado cada vez más especulativo y excluyente.

La Defensoría del Pueblo insta al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a abordar de manera urgente la crisis habitacional que atraviesa la ciudad, garantizando que todas las personas, sin importar su situación económica o social, puedan acceder a una vivienda digna y segura. La creciente demanda de alojamiento en condiciones precarias, sumada a la falta de políticas públicas efectivas, refleja la necesidad de una acción inmediata para resolver este problema estructural.

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