El miércoles 6 de septiembre, las organizaciones barriales de la Ciudad de Buenos Aires se movilizarán hacia la Legislatura porteña para denunciar las consecuencias del nuevo Código Urbanístico (CUR) y exigir su “modificación inmediata”. Esta manifestación marca la primera acción conjunta del colectivo Interbarrial Buenos Aires, que agrupa a más de 20 barrios porteños y surgió en los últimos años como respuesta al avance inmobiliario y la creciente pérdida de espacios verdes en la ciudad.

En el lanzamiento oficial del colectivo, ya se había declarado un estado de emergencia urbanística y ambiental, alertando sobre los impactos negativos de las modificaciones urbanísticas que, según los vecinos, atentan contra la calidad de vida y el patrimonio de los barrios. A lo largo de este tiempo, las organizaciones vecinales han trabajado de manera organizada, con la esperanza de que la movilización logre que las autoridades escuchen y respondan a sus inquietudes. Este miércoles, su presencia en las puertas de la Legislatura busca visibilizar este reclamo en el centro porteño. La concentración está convocada para las 14 horas.

El rechazo al Código Urbanístico (CUR)

El Código Urbanístico (CUR), aprobado en 2018 por el oficialismo, reemplazó al antiguo Código de Planeamiento Urbano (CPU). Desde su implementación, diversas agrupaciones barriales han expresado su preocupación por los efectos que este cambio normativo ha tenido en los barrios de la Ciudad. En el comunicado que convocó a la marcha, la Interbarrial Buenos Aires subrayó que el CUR fomenta el aumento exponencial del volumen constructivo, el incremento de alturas, el avance sobre los pulmones de manzana y las líneas de frente y retiro. También alertaron sobre la saturación de usos del suelo y servicios públicos, la pérdida de espacios verdes y el arbolado urbano, además de la destrucción del patrimonio histórico y arquitectónico de los barrios tradicionales.

“Este Código y sus excepciones están destruyendo la calidad de vida de vecinas y vecinos y la fisonomía de la ciudad”, advirtieron desde el colectivo, señalando que el CUR está generando un avance desmedido de la explotación comercial y un colapso de las infraestructuras urbanas, como el transporte, el saneamiento y los servicios básicos.

El impacto en los barrios: testimonios desde el terreno

Sandra, vecina de Villa del Parque e integrante de la organización Conciencia Urbana Comuna 11, compartió su experiencia sobre los efectos que el CUR ha tenido en su barrio. “En Villa del Parque, particularmente, hay un incremento de más del 600 por ciento en la capacidad constructiva. En estos momentos hay más de 380 casas en venta y 180 obras en construcción. Esto está destruyendo el patrimonio histórico y la identidad barrial”, explicó. Según Sandra, las casas bajas e históricas de la zona están siendo demolidas para dar paso a grandes edificios, lo que ha generado una alteración profunda en el paisaje y la vida cotidiana de los vecinos.

Este tipo de problemas se repite en otros barrios que, al igual que Villa del Parque, han visto un crecimiento descontrolado de la construcción a raíz de las nuevas normativas del CUR. Muchas de las organizaciones barriales que componen la Interbarrial ya habían intentado, sin éxito, presentar proyectos de ley en la Legislatura para limitar las alturas y capacidades constructivas en sus zonas. A pesar de los esfuerzos, solo dos barrios, Bajo Belgrano y Lomas de Núñez, lograron la aprobación de leyes para regular la construcción en sus áreas. En tanto, los proyectos de ley presentados por otros barrios siguen esperando tratamiento en las comisiones correspondientes.

Proyectos legislativos y la demanda de modificaciones

Las organizaciones barriales que conforman la Interbarrial Buenos Aires han decidido hacer un reclamo unitario para lograr la modificación del CUR a nivel de toda la Ciudad. Como parte de la movilización del 6 de septiembre, exigirán la suspensión inmediata de los permisos de demolición y la prohibición de nuevas obras que superen los nueve metros de altura, especialmente aquellas que invaden los pulmones de manzana. El colectivo argumenta que, mientras no se promulguen las modificaciones solicitadas, no se debe permitir la expansión desmedida de los edificios, que alteran el carácter y la habitabilidad de los barrios.

Además, los vecinos afectados plantean que el aumento del volumen constructivo y la destrucción del patrimonio arquitectónico no solo está cambiando el paisaje urbano, sino que también está afectando la vida cotidiana. Las nuevas construcciones son vistas como una amenaza al entorno social y cultural de los barrios, lo que hace que muchos residentes se sientan desplazados y excluidos de los espacios que durante años fueron su hogar.

La necesidad de un cambio integral en el Código Urbanístico

El reclamo de la Interbarrial Buenos Aires es claro: piden una modificación integral del Código Urbanístico (CUR) que permita proteger los barrios históricos, reducir la especulación inmobiliaria y preservar los espacios verdes en la ciudad. Para ello, solicitan una moratoria de permisos en las áreas más afectadas, y la implementación de nuevas normativas que favorezcan el crecimiento ordenado y sustentable de la ciudad, sin sacrificar la calidad de vida de los vecinos.

De esta manera, la marcha del miércoles no solo será una protesta contra el CUR, sino también una manifestación de los vecinos para reivindicar su derecho a vivir en un entorno equilibrado y en un espacio que respete su historia, su cultura y su identidad barrial. Las organizaciones barriales que conforman la Interbarrial Buenos Aires siguen comprometidas con su lucha, buscando ser escuchadas por los legisladores porteños y lograr que el gobierno de la Ciudad reconsidere las políticas urbanísticas que están afectando a tantos barrios porteños.

Una lucha por la ciudad y su futuro

La movilización del miércoles será un paso más en la lucha por preservar la identidad y calidad de vida de los barrios porteños, en un contexto de creciente urbanización y presión inmobiliaria. Los vecinos de la Interbarrial Buenos Aires esperan que, a través de esta acción, logren llamar la atención de los legisladores y obtener el apoyo necesario para transformar el Código Urbanístico en una herramienta que beneficie a la ciudad en su conjunto, sin comprometer el bienestar de sus habitantes ni la sustentabilidad del entorno urbano.

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