Más de 20.000 personas participaron con entusiasmo en la inauguración de la Feria del Distrito del Vino, un evento que marcó un hito en la vida cultural y gastronómica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La actividad se desarrolló el sábado 20 de mayo en el encantador barrio de Villa Devoto y contó con la presencia de más de cuarenta reconocidas bodegas, una variada oferta gastronómica, música en vivo y charlas a cargo de expertos del mundo vitivinícola.
Este encuentro, organizado por el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad, se transformó en una verdadera celebración del vino argentino y de la cultura que lo rodea, ofreciendo un espacio de encuentro para productores, consumidores, comerciantes y curiosos que se acercaron a vivir una experiencia única. La convocatoria superó ampliamente las expectativas iniciales, consolidando a la feria como un nuevo clásico dentro del calendario de eventos porteños.
La jornada se desarrolló a lo largo de toda la tarde y hasta la noche, en un circuito especialmente dispuesto en las inmediaciones de la emblemática Plaza Arenales, delimitada por las calles Nueva York, Mercedes, Pareja y Bahía Blanca. La entrada fue libre y gratuita, lo que facilitó el acceso de vecinos, turistas y amantes del vino en general, quienes pudieron recorrer distintos puestos y stands montados con esmero por los expositores.
Esta feria no solo sirvió como excusa para brindar y disfrutar, sino también como lanzamiento oficial del recientemente creado Distrito del Vino, una propuesta impulsada por el gobierno porteño que apunta a convertir los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal en un polo enogastronómico de referencia nacional. Este proyecto, sancionado por la Legislatura en 2021, tiene como finalidad atraer inversiones del sector vitivinícola mediante incentivos fiscales significativos, como la reducción de hasta un 70% en el pago de Ingresos Brutos.
Durante el evento, los visitantes tuvieron la posibilidad de degustar una amplia gama de vinos de distintas regiones del país, dialogar con representantes de bodegas, descubrir nuevas etiquetas y aprender sobre procesos de elaboración, maridajes y las particularidades de los diferentes terroirs argentinos. La feria se planteó como un verdadero paseo sensorial, donde cada copa servida contaba una historia distinta.
La propuesta se completó con un destacado circuito gastronómico que incluyó food trucks, carritos de comida, menús especiales en restaurantes del barrio y productos artesanales de calidad. Platos típicos argentinos, propuestas gourmet y opciones vegetarianas y veganas conformaron un menú diverso y accesible para todos los públicos. La música en vivo, presente durante toda la jornada, aportó alegría y dinamismo al recorrido, generando un ambiente festivo que fue muy celebrado por los asistentes.
Uno de los puntos más valorados por el público fue la inclusión de espacios educativos y charlas abiertas, donde se abordaron temas vinculados a la cultura del vino. Sommeliers, enólogos, productores y comunicadores del sector compartieron su conocimiento con pasión y cercanía. Además, se contó con la participación especial de 32 estudiantes avanzados de la Escuela Argentina de Sommeliers, quienes colaboraron activamente en la atención al público, respondiendo consultas y guiando degustaciones.
Este tipo de iniciativas no solo fortalecen la identidad cultural de la ciudad, sino que también impulsan el desarrollo económico de zonas específicas mediante la atracción de inversiones privadas, la generación de empleo y el fomento del turismo local. En este sentido, el Distrito del Vino representa una apuesta estratégica del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por vincular el potencial del sector vitivinícola con el entramado urbano y social porteño.
Actualmente, ya se han concretado nueve inversiones en la zona por un monto total de 15 millones de dólares, destinadas a la instalación de emprendimientos vitivinícolas de diversa índole. Para finales de este año, se espera que otros nueve proyectos se sumen al distrito, consolidando así su crecimiento sostenido. Entre las propuestas que se están desarrollando, se incluyen bares temáticos dedicados exclusivamente al vino, restaurantes especializados, vinotecas, centros de degustación, cavas subterráneas y hasta un Museo del Vino, que buscará ser un punto de encuentro para turistas y vecinos por igual.
El ambicioso plan urbano contempla que este nuevo distrito no solo sea un espacio para el consumo, sino también para la difusión del conocimiento vitivinícola. La intención es que Villa Devoto y sus alrededores se posicionen como la puerta de entrada a la ruta del vino argentino, conectando a la Ciudad de Buenos Aires con las regiones productoras de Mendoza, San Juan, Salta, Neuquén y otras provincias vitivinícolas del país.
El evento también dejó en evidencia la estrecha colaboración entre el sector público y el privado, así como el compromiso del Estado porteño con el desarrollo de industrias creativas, gastronómicas y turísticas. “El Distrito del Vino es un claro ejemplo de cómo la ciudad puede transformarse a partir de políticas públicas inteligentes y sostenidas, que promuevan el desarrollo económico y el disfrute ciudadano a la vez”, expresaron desde el Ministerio de Desarrollo Económico.
Tanto los organizadores como los expositores manifestaron su satisfacción con los resultados de esta primera edición, destacando la excelente convocatoria, la organización y el entusiasmo del público. La experiencia dejó el terreno abonado para futuras ediciones, que prometen crecer en escala, diversidad de actividades y alcance territorial.
En resumen, la Feria del Distrito del Vino no solo se consolidó como una celebración de la vitivinicultura nacional, sino también como un punto de partida para la construcción de un nuevo polo cultural, económico y turístico en la ciudad. Con una convocatoria masiva, un entorno inmejorable y una propuesta que combinó educación, disfrute y desarrollo, Villa Devoto se vistió de fiesta para brindar por el futuro del vino argentino en el corazón de Buenos Aires.