La Ley Nº 114 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Ley Nacional Nº 26.061, establecen de manera clara y tajante el principio del Interés Superior de los Niños, Niñas y Adolescentes, así como también la protección integral de sus derechos, y la obligación de los gobiernos de adoptar medidas legislativas, administrativas y de cualquier índole para garantizar su cumplimiento efectivo. Estas normativas se sustentan en el compromiso del Estado de asegurar el bienestar y la plena inclusión de los menores de edad en la sociedad, garantizando su acceso a una vida digna y sus derechos fundamentales. En este contexto, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha dado un paso más en el cumplimiento de estos principios mediante la inauguración de dos nuevas Casas de Niños, Niñas y Adolescentes en el Hogar Nuestra Señora del Valle, situado en la Avenida Tte. Gral. Donato Álvarez 550, en el tradicional barrio de Flores (Comuna 7).
Estas nuevas instalaciones, que cuentan con un diseño integral y moderno, están orientadas a niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 18 años que residen en el Distrito porteño. A través de estas casas, se busca ofrecer una propuesta educativa que no solo abarque la formación académica, sino que también brinde un acompañamiento efectivo en lo que respecta al acceso a diversas políticas públicas relacionadas con la salud, la educación y la cultura. A su vez, se hace especial énfasis en fortalecer las redes familiares, institucionales y comunitarias de los menores, de modo que puedan desarrollarse en un entorno protegido, respetuoso y estimulante para su crecimiento.
El Hogar Nuestra Señora del Valle, que ha sumado dos casas nuevas en sus instalaciones, tiene ahora la capacidad de alojar hasta 18 chicos y chicas en cada una de ellas. Cada una de las casas cuenta con una distribución pensada para la comodidad y bienestar de los jóvenes residentes, incluyendo cinco habitaciones, tres baños, un salón de usos múltiples que permitirá la realización de actividades recreativas y educativas, una sala de computación equipada con tecnología moderna, una sala de revinculación para favorecer el contacto de los niños y adolescentes con sus familias y seres queridos, y un amplio patio que invita al esparcimiento. Además, las casas disponen de un gran espacio verde que se ha diseñado con el objetivo de ofrecer a los chicos un lugar adecuado para la recreación y la interacción con la naturaleza, promoviendo su bienestar físico y emocional.
Es relevante mencionar que cada uno de estos nuevos espacios ha sido concebido bajo los estándares internacionales que regulan las modalidades alternativas de cuidado para los niños y adolescentes, con el propósito de brindarles un entorno lo más cercano posible a su hogar familiar, a pesar de que se encuentren en una situación de vulnerabilidad o de separación familiar. Estos estándares internacionales, establecidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2009, buscan garantizar que los niños y adolescentes que hayan perdido el cuidado de sus familias reciban atención en un entorno que promueva su desarrollo integral y que respete sus derechos fundamentales.
A nivel global, se reconoce que el sistema de cuidados alternativos para aquellos niños y adolescentes que se han visto separados de sus familias debido a circunstancias diversas, como violencia, adicciones, maltrato o abuso, es una de las áreas de mayor preocupación para los gobiernos y organizaciones internacionales. En Argentina, más de 9.000 niños y adolescentes se encuentran bajo este tipo de modalidad, y el país ha asumido la responsabilidad de garantizar su protección, cuidado y acceso a una vida digna.
Los hogares de cuidado alternativo, como el Hogar Nuestra Señora del Valle, no solo tienen como objetivo cubrir las necesidades básicas de los menores, sino también proporcionarles herramientas para su desarrollo personal y social. En este sentido, se llevan a cabo diversas actividades que abarcan desde el desarrollo psicopedagógico hasta la promoción de hábitos saludables, el fomento de la lectura, el juego y el desarrollo artístico y recreativo. Estas actividades permiten que los niños y adolescentes no solo puedan fortalecer sus capacidades cognitivas, sino que también favorezcan su bienestar emocional y psicológico, aspectos fundamentales para su reintegración social y el desarrollo de su identidad.
El objetivo principal de estas actividades es favorecer el desarrollo integral de los jóvenes, ayudándolos a superar las adversidades que hayan podido experimentar en el transcurso de su vida. Así, se busca que cada niño o adolescente que resida en estos hogares pueda reconstruir su sentido de pertenencia, recuperando sus redes afectivas y familiares, y desarrollando habilidades y capacidades que les permitan, en el futuro, integrarse activamente a la sociedad. Este enfoque integral es clave para que los menores puedan acceder, en igualdad de condiciones, a las políticas públicas y servicios que les corresponden, contribuyendo así a reducir las desigualdades que puedan haber experimentado.
Cabe resaltar que estos hogares no son simplemente espacios de albergue, sino que funcionan como verdaderos centros de acogida integral, donde se realiza un acompañamiento constante, no solo desde lo educativo y lo recreativo, sino también en lo que respecta a la salud mental y el acompañamiento emocional. Es fundamental que los chicos que pasan por situaciones de vulnerabilidad, ya sea por abuso, maltrato o desprotección familiar, encuentren en estos espacios una oportunidad para sanar, crecer y desarrollarse en un entorno seguro y amoroso.
En este sentido, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha tomado un compromiso serio con la protección de los derechos de los niños y adolescentes, entendiendo que la intervención temprana en sus vidas puede marcar una diferencia significativa en su desarrollo. Estas nuevas Casas de Niños, Niñas y Adolescentes son un paso más hacia la construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa, en la que los menores puedan acceder a los mismos derechos y oportunidades sin importar su situación familiar o social.
Por todo lo expuesto, la inauguración de estos espacios en el Hogar Nuestra Señora del Valle representa un avance significativo en el compromiso del Gobierno porteño con el bienestar de los niños y adolescentes. Además, es un claro reflejo de la importancia que se le da a la protección integral de los derechos de los menores y al cumplimiento de las normativas nacionales e internacionales en esta materia. Este tipo de iniciativas no solo buscan responder a las necesidades inmediatas de los jóvenes en situación de vulnerabilidad, sino también proporcionarles las herramientas necesarias para su pleno desarrollo, contribuyendo a la formación de una ciudadanía más justa y equitativa.